Anecdotario Político

Los ingleses respetan el sistema bipartidista de la Cámara de los Comunes hasta el punto de darle sueldo oficial al jefe de la oposición. Para cada ministro –que debe ser parlamentario– hay un adversario en el gabinete en la sombra. La oposición, como gobierno en receso, se prepara para cuando días mejores le abran la victoria. Dicha oposición es respetada y respetable, pero tiene una beligerancia constructiva como alternativa de poder, con sugerencias útiles.

En Colombia, las nóminas paralelas deben ser abolidas y las consejerías son innecesarias. Sus funciones aparentes están en la Constitución y en la ley en cabeza de ministros, jefes de departamento administrativo y plantas de personal. El sistema lo implantaron los contralores que terminaron en la cárcel: miles de contratistas daban apoyo clientelista a los parlamentarios electores. Los consejeros y los contratistas superfluos confunden la relación del Gobierno, que se constituye por el presidente y el ministro del ramo.

Los justos clamores de los educadores por un régimen salarial y prestacional decoroso son casi universales. Al analizar los caracteres y el institutor en Francia, Ernest Pérochon dijo: “Si su hijo tiene la ambición de hacer fortuna no le aconseje la enseñanza. El ideal sería dirigirse hacia la carrera de la enseñanza solo a los que tienen vocación con exclusión de todos los demás”.

El exministro y expresidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, ha formulado Siete ideas audaces para una América Latina más prospera, justa y feliz: el problema más grande, demografía y pobreza; comerciar con nuestros vecinos en lugar de pelearnos con ellos; trabajar con Washington y Pekín; descubrir y empoderar a los futuros empresarios de la gastronomía; superar el complejo de perro callejero; elegir más jefes de Estado predecibles e incluir, de verdad, a todo el mundo.

En Ecuador se habla, críticamente, de bancocracia, porque los financistas de Guayaquil, encabezados por el presidente Lasso, todo lo dominan: periódicos, televisión, radio, seguridad social y construcción de carreteras y ferrovías. Esa concentración odiosa se ha unido a la complicidad con Odebrecht, para generar la oposición desatada y la investigación contra la elite del poder.

El presidente Pedro Nel Ospina y su embajador, Olaya Herrera, hace cien años, contrataron la Misión Kemmerer, para crear el Banco de la República, con poder monetario de emisión; la Contraloría, para la vigilancia numérico legal, y las superintendencias Bancaria y de Sociedades. Desde entonces, los títulos valores o instrumentos negociables se diseñan como en el resto del mundo financiero. Y Olaya Herrera, ya como presidente, invitó de nuevo a la Misión para que lo asesorara en los momentos apremiantes de la crisis mundial y de la guerra con el Perú.