Carolina Ibarra Duque
Líder metodológica del mapa de innovación legal y analista de inteligencia competitiva

El avance imparable de las tecnologías digitales está redefiniendo el panorama social y económico global, en el cual Colombia enfrenta el desafío de evitar el rezago.

Sin embargo, un obstáculo persistente y estructural se interpone en nuestro camino hacia la plena transformación digital: la brecha digital, entendida como la desigualdad en el acceso, uso y aprovechamiento de las tecnologías de la información, la cual tiene una estrecha relación con el analfabetismo digital, este último se manifiesta en el desconocimiento de herramientas digitales básicas, como:

- Navegadores web.

- Descarga y uso seguro de aplicaciones móviles.

- Configuración de dispositivos electrónicos.

Esto genera aversión a su empleo y limita el aprovechamiento efectivo de las herramientas que están catalizando la economía digital a nivel mundial.

La Política Nacional de Inteligencia Artificial (Conpes 4144 del 2025) tiene como objetivo generar las capacidades para la investigación, desarrollo, adopción y aprovechamiento ético y sostenible de sistemas de IA con el fin de impulsar la transformación social y económica de Colombia. Y en su diagnóstico confirmó síntomas preocupantes sobre la brecha y el analfabetismo digital, presentes en diversas regiones y en todos los grupos socioeconómicos del país.

De los múltiples síntomas referidos en el diagnóstico de la política mencionada, propongo para reflexionar el 4.4.2. correspondiente al bajo desarrollo de competencias en el sistema educativo para promover el desarrollo y el uso responsable de la IA, determinante en el cierre de esta brecha.

Esta deficiencia del sector educativo es crítica, lo cual hace necesario ahondar en:

1. La carencia de herramientas de evaluación sobre las habilidades y competencias digitales de la población escolarizada.
2. La falta de evidencia sobre el nivel de desarrollo de habilidades digitales de los docentes.

Y en las consecuencias que acarrean estas deficiencias, en un momento histórico en el que la transformación digital es imperativa y las competencias para asumirla determinantes.

La carencia de una evaluación sistemática y continua de las habilidades digitales de los estudiantes perpetúa la invisibilidad de las desigualdades existentes, en todos los niveles de escolaridad; sin saber quiénes tienen acceso a cuáles tecnologías ni qué nivel de competencia poseen, es imposible diseñar políticas públicas efectivas para acortar la brecha y el analfabetismo digital, lo cual se manifestará en la profundización de la brecha digital.

La falta de evidencia sobre el nivel de desarrollo de habilidades y competencias digitales de los docentes es un problema de raíz.

Los docentes son los facilitadores del aprendizaje; si carecen de los recursos, de las competencias humanas y metodológicas adecuadas, difícilmente integrarán herramientas tecnológicas en el aula, ni potenciarán las habilidades y competencias de sus estudiantes, necesarias para el fortalecimiento y la optimización de la economía y la transformación digital.

Adicionalmente, sin datos precisos sobre el nivel de desarrollo y competencias digitales de los docentes, es improbable diseñar programas de capacitación y actualización pertinentes que realmente impacten en su desarrollo profesional y, por ende, en la pertinencia y calidad de la educación.

La falta de habilidades digitales en la población escolarizada y sus docentes –como orientadores y referentes de autoridad– implica que las futuras generaciones no estarán preparadas para participar y asumir roles en sectores que crean, diseñan e implementan tecnología, quedando como simples consumidores, en lugar de actores proactivos, productivos y competitivos en la economía digital.

Las tecnologías digitales son pilares fundamentales de la economía del siglo XXI. Un país que escatima en el desarrollo de competencias y habilidades digitales de sus ciudadanos, de su fuerza laboral y de sus relevos generacionales, está condenado a quedar rezagado en la carrera global por la competitividad.

Desde el sector jurídico, tenemos un rol fundamental en la construcción de puentes sobre esta brecha. No basta con regular la tecnología y su uso, es necesario habilitar el acceso y uso efectivo de las tecnologías digitales en todos los sectores poblacionales y económicos.

Gracias por leernos. Si le gusta estar informado, suscríbase y acceda a todas nuestras noticias, los datos identificadores y los documentos sin límites.

Siga nuestro canal de WhatsApp