Existen varios tipos de estados financieros, los más conocidos son los “de propósito general”, que buscan atender las necesidades de información financiera de un amplio espectro de usuarios que no están en condiciones de exigir informes a la medida de sus necesidades. Entre ellos están los estados financieros de fin de ejercicio o de periodos intermedios.

También están los estados financieros  propósito especial, que los expide la entidad para atender los requerimientos de información de un usuario en particular. Esta información podría exigirla un usuario en desarrollo de un contrato o de asuntos legales y, en consecuencia, la entidad emisora debe tener una restricción en su circulación y publicidad.

Ahora bien, la información que contienen los estados financieros de propósito especial debe ser completa, clara, precisa, relevante, suficiente y ajustarse al marco contable que le aplique, pues no es posible que en este informe se omita información financiera y contable relevante de la entidad, aun cuando se trate de un informe con fines específicos y de alcance limitado.

La omisión de información podría derivar en un reporte sesgado o incompleto, que no refleja razonablemente la situación económica de la entidad, lo cual expondría al contador público a vulnerar los principios éticos de la profesión y, eventualmente, a estar inmerso en procesos disciplinarios.

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