Retos tributarios de un nuevo Gobierno
Juan Camilo Serrano Valenzuela
Abogado y asesor tributario
Todo nuevo Gobierno que asume las riendas del país, tradicionalmente, inicia sus actividades preparando y tramitando una reforma tributaria que le permita financiar parte de los programas ofrecidos a los ciudadanos que, en democracia, eligieron el rumbo que tomará el país en el futuro.
En esta ocasión en particular, los aspectos económicos fueron buena parte de la distinción de las propuestas que accedieron a la segunda vuelta electoral, y por esos aspectos parece que la ciudadanía tomó la decisión electoral el pasado 17 de junio.
Corresponde ahora al nuevo Gobierno ejecutar el proyecto económico propuesto, y para ello la reforma tributaria se convierte en el insumo más importante del plan económico que corresponde para el cuatrienio.
Son muchos los retos que en este aspecto deberá cumplir el Gobierno Nacional, pues la confianza, que fue un pilar de la propuesta económica, pasa no solamente por el sistema tributario, que será necesario reformar, sino por establecer los mecanismos que aseguren estabilidad jurídica a los inversionistas, la adopción de medidas que hagan atractivas las nuevas inversiones y, principalmente, la adopción de mecanismos que permitan una muy importante reducción de la evasión tributaria, principal problema de nuestro sistema.
La reducción de las tarifas impositivas a las empresas, base del programa económico propuesto por el Presidente electo, deberá considerar las consecuencias recaudatorias de una medida de ese tenor, pues es bien sabido que con las actuales tarifas no es suficiente siquiera para garantizar estabilidad fiscal y adecuada inversión pública, a menos que se haga efectiva la promesa de estimular la inversión y generar un importante crecimiento económico.
La estabilidad jurídica del sistema es un imperativo práctico para lograr incrementos importantes en la inversión, no solamente proveniente del exterior, sino de la misma inversión nacional, pues fue evidente que el riesgo de la llegada de gobiernos no confiables en la garantía de estabilidad demoró sensiblemente las inversiones que han debido hacerse desde el año anterior.
El riesgo de gobiernos expropiadores futuros no ha desaparecido, pues toda inversión importante se hace a largo plazo, y permanece el populismo como alternativa de poder para el 2022, así que las medidas que garanticen inversiones en el largo plazo deberán ser lo suficientemente creativas y jurídicamente sólidas.
En cuanto a la lucha contra la evasión tributaria, que será una importante meta del nuevo Gobierno es, tal vez, la más difícil tarea a la que este se enfrenta, pues la propuesta de factura electrónica universal, tan promocionada en campaña, es una herramienta importante, pero no es más que eso.
La confianza en la administración tributaria, en la rigurosidad de sus investigaciones y el respeto por las buenas prácticas de los contribuyentes, la adecuada selección de procesos de fiscalización para buscar y luchar contra la evasión y no la búsqueda de recaudos, contribuirá a reducir los índices de evasión, pues ya no será necesario prepararse para visitas de control tributario, sino que lo fundamental será contribuir con lo justo.
Tal vez se pierde de vista que más del 95 % de los recaudos tributarios corresponde al pago voluntario de los impuestos y solo algo menos del 5 % al resultado de procesos de investigación y determinación, por lo que estos últimos resultan marginales respecto de los ingresos totales por este concepto.
Resulta contradictorio que mientras más intransigente sea la acción administrativa para obtener recaudo, sin luchar contra la evasión, que no es prioridad –pues lo es el recaudo– más se buscan y aplican mecanismos preparatorios de visitas de control, disminuyendo el recaudo vegetativo, lo que sí impacta de una manera importante la recaudación tributaria.
Es más importante reestructurar la administración tributaria, la adopción de políticas serias de control a la evasión, que la adopción de mecanismos de control, que ya están de sobra, pero que tienen por fin único recaudar, así sea necesario aplicar estrategias extorsivas, descuidando la lucha contra la evasión. Hoy seguimos buscando la calentura en las sábanas.
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