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29 de Marzo de 2024 /
Actualizado hace 1 día | ISSN: 2805-6396

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Opinión / Columnista Impreso

Reforma tributaria estructural 2016 - Columnistas

Recuperar los principios del sistema tributario[1]

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Julio Roberto Piza Rodríguez

Profesor Universidad Externado de Colombia

julio.piza@uexternado.edu.co

 

 

La reforma tributaria será estructural en cuanto logre recuperar los principios constitucionales de equidad (distribución de la riqueza individual para transformarla en riqueza colectiva, que se materialice en un gasto que mejore el bienestar general) y eficiencia, tanto en sentido económico (incentivo a la productividad y la generación de empleo) como administrativo (reducir significativamente la evasión). Todo sin olvidar la principal función del sistema tributario: recaudar lo suficiente para financiar el gasto público.

 

Los impuestos deben combinar objetivos que en principio parecen contradictorios: estimular la productividad, pero aumentar la carga tributaria, lo suficiente para mejorar el bienestar general de la población y reducir la desigualdad. Hemos abusado de los beneficios tributarios con umbrales mínimos muy altos y con excesivos incentivos a la inversión[2], por lo cual se requiere restablecer el principio de generalidad. El mejor ejemplo es el nuevo impuesto a las utilidades empresariales basado en el resultado contable que, de paso, elimina los beneficios, reduce la tarifa corporativa y, de manera complementaria, grava los dividendos para inyectarle mayor progresividad al impuesto en cuanto a que la capacidad económica se debe medir en las personas más que en las empresas.

 

La ampliación de la base propone incluir a personas con ingresos superiores a tres salarios mínimos, que representan el 15 % de los colombianos[3], tanto en el impuesto a las utilidades, con un sistema de costos, gastos y beneficios limitados, que faciliten su control, como la ampliación de la base del IVA, para obtener el recaudo suficiente para financiar los programas sociales. Pero los trabajadores por cuenta propia con ingresos entre 2 y 10 millones de pesos mensuales podrán acogerse opcionalmente a un sistema unificado de impuestos, de tal forma que con una sola declaración y una tarifa única sobre ingresos, puedan pagar todos los impuestos (utilidades, IVA, consumo, ICA y seguridad social), para formalizar este segmento de pequeños empresarios que permita también un mayor control de las autoridades tributarias. 

 

Pero, si bien mejorar el diseño de los impuestos es necesario, no es suficiente. Es preciso mejorar sustancialmente la administración tributaria: tecnología, personal, procedimientos y estrategias, para afrontar con éxito el reto más exigente, que es la reducción de la evasión, la elusión y el contrabando[4].

 

Es indispensable fortalecer la institucionalidad de la DIAN y reducir la complejidad actual, simplificando los procedimientos de liquidación, recaudo y control, para facilitar el cumplimiento, inducir a los renuentes y, sobre todo, castigar a los defraudadores cuando sea necesario. Las TIC constituyen la materia prima esencial de una administración tributaria, y Colombia debe aumentar la inversión para acceder a la información en línea de las empresas (facturas, contabilidad, nómina, registro de socios, valoración de activos, inversiones y transacciones).

 

Pero también es inaplazable modernizar las normas mediante un código de procedimiento y sanciones tributarias, para todas las entidades públicas -nación, departamentos y municipios- encargadas de recaudar todos los impuestos, tasas y contribuciones; definir obligaciones y derechos de los contribuyentes; otorgar facultades precisas a los funcionarios y regular el arsenal de nuevos instrumentos de control: un tribunal administrativo para dirimir las controversia jurídicas, una  clausula general antiabuso bien redactada, las consultas vinculantes, alternativas de solución de conflictos, control a la entidades sin ánimo de lucro y completar las normas legales de las acciones Beps[5], tanto las existentes como las que aún faltan en nuestro ordenamiento.

 

[2] Según el Banco Mundial, el gasto tributario se estimó en 4,5 % del PIB. Junio 2012.

[3] Aproximadamente, tres millones de personas. Informe Comisión para la Equidad y la Competitividad.

[4] Evasión de sociedades en el impuesto de renta: 39 % y, en IVA, 40 %. Informe Comisión para la Equidad y la Competitividad.

5 Erosión de la base y traslado de beneficios a otras jurisdicciones.

 

 

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