‘Robo-Advisors’, en continua evolución*
Juan Felipe Torres Varela
Magíster en Tecnoemprendimiento e Innovación de Nanyang Technological University (Singapur)
Miembro de la firma TFDC Abogados
De acuerdo con el reporte de economía digital para el 2019, realizado por la firma alemana de estadística Statista, cerca del 23 % de los encuestados en Colombia respondieron que estarían dispuestos a consultar una herramienta tecnológica de asesoría para inversión, también conocida como Robo-Advisors. Esta cifra contrasta con el 18 % de los encuestados en México, 17 % en EE UU, el 6 % en los Países Bajos o el 2 % en Japón[1].
Los Robo-Advisors utilizan en la actualidad algoritmos para proveer a inversionistas servicios de administración de portafolios de forma automatizada, e incidencia en bajos costos de administración. A raíz de sus reducidas comisiones y sin la necesidad de mantener un saldo mínimo en los portafolios administrados, los Robo-Advisors han tenido un auge en los inversionistas de ingresos medios, al permitirles acceder a servicios que estaban reservados a inversionistas de más altos ingresos a nivel mundial.
Aparte de las naturales economías de escala y la reducción de costos que estas implican, los Robo-Advisors permiten brindar una asesoría personalizada, con una disponibilidad de 24 horas al día, 7 días a la semana, en un número de mercados disímiles entre sí y la posibilidad de una vinculación y experiencia 100 % digital, lo que, en últimas, redundará en la masificación de los mercados de valores, incluido el colombiano (posiblemente), a través de la distribución de fondos de inversión colectiva.
Gestores automatizados
Dadas estas ventajas competitivas, los Robo-Advisors administrados, entre otros, por diferentes “asset managers” o gestores de activos a nivel mundial, abarcan cada día una porción mayor en la administración de activos, por ejemplo, la firma Betterment LLC, que puso en producción su primer Robo-Advisors, en el 2010, en EE UU[2], a febrero del 2019 acumulaba activos administrados valorados en más de 13.500 millones de dólares. Es necesario tener presente que con nuevos desarrollos tecnológicos y la recopilación de más y más datos, los Robo-Advisors impulsados por inteligencia artificial serán más sofisticados y migrarán de la actual administración de activos, principalmente enfocados en inversión en Exchange Traded Funds, y rebalanceo de portafolios a estrategias cada vez más complejas.
En el panorama nacional encontramos diferentes desarrollos, como la aplicación Ualet, administrada por Afín Comisionista de Bolsa; InvesBot, de Bancolombia, o Protección Smart, de la AFP Protección. Por su parte, la regulación en Colombia no se ha quedado atrás y, mediante el Decreto 661 del 2018, el Gobierno Nacional modificó el Decreto 2555 del 2010, en lo relacionado con la actividad de asesoría e incorporó la autorización expresa para que entidades vigiladas utilicen herramientas tecnológicas en el suministro de recomendaciones profesionales a sus clientes. Por su parte, la Superintendencia Financiera, basada en la experiencia de diferentes herramientas tecnológicas, está ad portas de expedir la Circular Externa que reglamente el Decreto 661 del 2018.
Hacia el futuro
A pesar de sus innegables ventajas, los Robo-Advisors también son sujetos de diferentes críticas, entre ellas, que requerirán cada día más y más datos para igualar a un asesor de carne y hueso, o la necesaria presencia de un asesor humano para darle confianza a un inversionista en caso de una situación de estrés en los mercados. Adicionalmente, a nivel internacional, se han presentado ya los primeros casos de demandas por daños causados por Robo-Advisors[3].
Sin perjuicio de estas críticas, los Robo-Advisors continuarán avanzando como un canal de distribución de productos, en paralelo con la asesoría prestada por asesores apoyados por diferentes herramientas tecnológicas para el correcto perfilamiento de los inversionistas y de los productos, la ejecución de análisis de conveniencia y el suministro de recomendaciones profesionales en el marco de una asesoría integral[4].
* Artículo escrito en coautoría con Esteban Gutiérrez Soto, asesor del Grupo de Innovación Financiera de la Superintendencia Financiera.
[3] https://www.bloomberg.com/news/articles/2019-05-06/who-to-sue-when-a-robot-loses-your-fortune Nota aclaratoria: es fundamental precisar que el Decreto 661 del 2018 dispuso que las entidades vigiladas no podrán exonerarse de su responsabilidad por el suministro de una recomendación profesional con ocasión de fallas de cualquier naturaleza que afecten las herramientas tecnológicas utilizadas para dicho propósito.
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