Elecciones en Argentina y Venezuela. ¿Se mueve la región hacia un nuevo modelo ideológico?

Laura Wills Otero

Politóloga. Ph.D en Ciencia Política

En mi columna del 22 de noviembre, hice una reflexión sobre el significado de la representación política en contextos democráticos, a propósito de las elecciones regionales y locales que habían tenido lugar
el 25 de octubre en el país. El tema vuelve a ser relevante después de conocer los resultados electorales de la segunda vuelta presidencial en Argentina del pasado 22 de noviembre, y de los comicios legislativos en Venezuela del 6 de diciembre. En los dos casos, se impuso la oposición sobre el oficialismo. En Argentina, el candidato de la alianza “Cambiemos”, Mauricio Macri, derrotó al candidato oficialista del Frente para la Victoria, Daniel Scioli y puso fin a 12 años  el “kirchnerismo” representado por Néstor Kirchner y su sucesora, Cristina Fernández. En Venezuela, por primera vez en 17 años desde que empezó el “chavismo”, dos tercios de los diputados elegidos para ocupar escaños en la Asamblea Nacional (112 de 167), hacen parte de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) que representa a la oposición. Los recientes resultados electorales en estos dos países latinoamericanos sugieren preguntas interesantes para la región como un todo.

La primera de ellas es si los proyectos socialistas que entraron en boga en varios países de la región desde finales de los años noventa, están actualmente en crisis o se han empezado a agotar. Esto en contextos en los que la inflación es altísima⁽¹⁾, los precios del petróleo no se recuperan, las monedas nacionales se devalúan, la escasez de productos básicos aumenta, y en casos como Venezuela, la inestabilidad política es una amenaza constante al régimen democrático. ¿Será que es por estos indicadores económicos y políticos que la oposición de derecha está ganando terreno allí donde los gobiernos de izquierda no han resuelto problemas estructurales profundos? ¿Volverán a la región los gobiernos de derecha que fueron castigados por los de izquierda que llegaron al poder después de las crisis de los modelos neoliberales de los años 80 y 90?

La segunda pregunta tiene que ver con el impacto del triunfo de la oposición sobre la estabilidad política en estos países. En este aspecto se pueden resaltar diferencias significativas: mientras que en Argentina el gobierno saliente aceptó la legitimidad de la elección de Macri, en Venezuela el gobierno de Maduro ha venido declarando que ignorará las decisiones que tome la nueva Asamblea Nacional, y le pedirá al Tribunal Supremo de Justicia, que es el máximo órgano judicial del país, y que actualmente goza de una composición política chavista, que cumpla las funciones  de la rama del poder legislativo. En otras palabras, el Presidente del país no ha reconocido el triunfo de la oposición, y ha hecho todo por hacerlo ver ilegítimo. Esto, sin duda, pone en riesgo la posibilidad de que la oposición ganadora pueda adelantar reformas que busquen recuperar la separación y el equilibrio de las tres ramas del poder público que se ha perdido a
lo largo de los años del chavismo en el poder.

Finalmente, y volviendo al tema de la representación política en los sistemas democráticos, vale la pena preguntarse por las preferencias de los votantes que se expresaron en las urnas, y si las mismas han cambiado en los últimos años: ¿por qué la mayoría de la población votante eligió opciones diferentes a las oficialistas? ¿Bastan las crisis económicas de estos países para explicar el giro de preferencias, o hay otros factores políticos y de liderazgo que afectaron los resultados? ¿Lograrán las nuevas mayorías representar los intereses de quienes las eligieron después de haber estado tantos años en la oposición? Amanecerá y veremos.

1. En Venezuela la inflación en el 2015 fue del 68 %, siendo la más alta de América Latina. En Argentina fue del 30 %, la segunda más alta.