Opinión / Columnistas
El caso Mathyas
Ana María Muñoz Segura Abogada, especialista en Derecho Laboral y Seguridad Social |
Hay situaciones como la enfermedad de un miembro de la familia que ponen a prueba todos los mecanismos de apoyo; mientras que para los sistemas laborales y de seguridad social la protección implica ofrecer pagos al trabajador y atención médica a sus beneficiarios, las realidades particulares pueden considerar que estos dispositivos son escasos.
Francia(1) acaba de aprobar una ley que posibilita que un padre reciba días de descanso de otros trabajadores para atender a un hijo enfermo. Su antecedente es Mathyas, un menor de 10 años a quien le diagnosticaron cáncer de hígado. Su padre Cristophe, que trabajaba para la empresa Badoit, hizo uso de los mecanismos para acompañar al menor en estos momentos; sin embargo, después de unir vacaciones, licencias no remuneradas e incluso excusas médicas a su nombre, no tenía alternativa distinta que declararse en situación de depresión para que la seguridad social le otorgara incapacidad por enfermedad e incluso prestación por discapacidad. Cristophe se negó pues esta no era su realidad. En el momento del reintegro a sus labores, sus compañeros de trabajo decidieron ayudarlo donándole su tiempo de descanso. Entre todos lograron reunir 170 días que le permitieron seguir acompañando a su hijo hasta el momento de su muerte.
Gracias a la expedición de la Ley 459(2), este tipo de alternativas se convirtió en una posibilidad protegida legalmente. Con la implementación de la jornada laboral francesa de 35 horas, trabajadores y empleadores acuerdan una distribución horaria más flexible, y por las horas trabajadas más allá de la duración legal se establecen jornadas de descanso o tiempo libre acumulables en una cuenta de ahorro de tiempo. Son estas RTT (Reducción del Tiempo de Trabajo) las que dan su objeto a la Ley Mathyas.
La ley aplica a todas las empresas, incluyendo el sector público(3), hayan establecido o no la cuenta de ahorro de tiempo. La implementación requiere que haya un acuerdo con el empleador para que este tome las medidas administrativas necesarias. La cesión de los días de un trabajador a otro será anónima, sobre parte o la totalidad de los días libres, estuvieran o no en una cuenta de ahorros de tiempo. Para ser beneficiario de la cesión, el trabajador tendrá que estar encargado de un menor de 21 años, que padezca una enfermedad, discapacidad o accidente de especial gravedad que requiera la presencia del padre. Y es aquí donde está el valor de la iniciativa, pues el trabajador beneficiado recibirá el salario completo durante el tiempo cedido y se tendrá como tiempo prestado para efectos de todos los derechos y prestaciones por antigüedad y servicios.
Aunque la seguridad social francesa reconocía mecanismos de protección, estos no se compadecían con la situación real. La figura más próxima a la situación era la de presencia de los padres para el cuidado de un hijo gravemente enfermo, insuficiente tanto en términos de extensión como de reconocimiento económico(4).
La iniciativa se presentó en enero de 2012(5), como respuesta a la situación de tener un hijo enfermo y la necesidad de asistirlo. Las discusiones variaron en sus alcances y algunas de ellas plantearon obstáculos puntuales, en el sentido de buscar la inclusión de los funcionarios y otros empleadores para no producir desigualdad, así como la delimitación de los alcances de enfermedad grave o el hecho de que la cuenta de ahorros de tiempo fuera individual e intransferible.
Otras reservas tuvieron fundamento ideológico. Algunos consideraban que realmente no existía libertad para el trabajador donante pues este siempre se sentiría obligado y el anonimato no garantizaba que ante una negativa lo calificaran como “mal compañero”. Para otros, el papel del empleador es nulo, ya que la base del esquema es la solidaridad entre trabajadores sin que asuma ningún costo, y mucho menos el Estado. También hubo consideraciones en el sentido de que este tipo de esquemas abriría la puerta para que después los trabajadores estuvieran obligados a ser solidarios con un compañero con dificultades económicas; además, ¿es deber de la legislación laboral regular una iniciativa local que solo se basa en la buena voluntad existente entre compañeros de trabajo? ¿Cómo se entiende que el Parlamento no tenga dentro de sus funciones establecer las condiciones para organizar la generosidad entre empleados(6) cuando la solidaridad es un gesto espontáneo?
Que uno o pocos trabajadores estén cobijados por este tipo de medidas ya genera un círculo virtuoso: son apreciadas por quien debe hacer uso de ellas, creando comunidad solidaria dentro de la empresa. Ejemplo de que no todos los beneficios tienen un valor económico per se.
1 Algunos medios de comunicación informaron en este sentido. Ver por ejemplo http://www.espanol.rfi.fr/print/158497?print=now, http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13946735, http://www.ansa.it/ansalatina/notizie/fdg/201404302132449835/201404302132449835.html o http://www.huffingtonpost.fr/2012/01/25/don--rtt-proposition-de-loi_n_1231103.html (fecha de consulta: mayo 28/14).
2 Ley 2014-459 del 9 de mayo del 2014 que permite la donación de días de descanso a un pariente del niño gravemente enfermo, en http://legifrance.gouv.fr (fecha de consulta: jun. 4/14).
3 Aunque el Conseil d´Etat determinará su aplicación por las singularidades de la prestación del servicio.
4 En este caso, como en la mayoría, el contrato de trabajo se suspende y la compensación que recibe es un subsidio por presencia parental, que por día, es cercano a los 49 euros y tiene unas reglas en el monto máximo según el número de hijos a cargo.
5 El proyecto de ley se presentó por Paul Salen, identificado bajo el número 3672 en la Comisión de Asuntos Sociales. Ver http://www.assemblee-nationale.fr/13/cr-soc/11-12/c1112026.asp (fecha de consulta: jun. 4/14).
6 De hecho, esta fue precisamente la enmienda 3 al proyecto, la cual fue rechazada. Ver http://www.assemble-nationale.fr/13/amendements/4179/417900003.asp (fecha de consulta: jun. 4/14).
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