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28 de Marzo de 2024 /
Actualizado hace 1 día | ISSN: 2805-6396

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Opinión / Columnista Impreso

Venezuela, dos presidentes un éxodo

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Juan Manuel Charry Urueña

Abogado constitucionalista. Presidente del Instituto Libertad y Progreso

jcharry@charrymosquera.com.co; @jmcharry

 

La crisis de Venezuela ha llegado a límites insospechados. Con ocasión de la posesión presidencial de Nicolás Maduro, para su segundo periodo, un significativo grupo de países de la región declararon que se trataba de un gobierno ilegítimo por ausencia de garantías democráticas, seguidamente el Secretario General de la OEA se sumó a la declaración, y el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, asumió las competencias presidenciales en calidad de encargo, con fundamento en el artículo 233 de la Constitución venezolana. De otra parte, la difícil situación de ese país ha generado un éxodo de más de un millón de venezolanos que huyen de la pobreza, el desabastecimiento, la falta de alternativas y la persecución política, muchos de ellos se encuentran en nuestro país.

 

El presidente Juan Guaidó consideró insuficiente fundar el encargo en el artículo 233 de la Constitución, sobre faltas absolutas del presidente titular, entonces, apeló al pueblo venezolano, las Fuerzas Armadas y la comunidad internacional. Lo cierto es que la Constitución de ese país establece que el pueblo desconocerá cualquier régimen que contraríe los valores democráticos y constitucionales, y la norma fundamental no perderá su vigencia cuando se modifique o derogue por medios diferentes a los previstos. Se trataría de apelar al constituyente primario, o lo que es lo mismo, a un golpe de Estado popular previsto en la misma Carta, lo que explica la convocatoria para las marchas del próximo 23 de enero.

 

La comunidad internacional ha cerrado filas en contra del gobierno ilegítimo de Nicolás Maduro, ha sido objeto de sanciones económicas por parte de EE UU y la Unión Europea, ha sido repudiado por las democracias occidentales, se ha quedado prácticamente solo en compañía de unas pocas dictaduras socialistas, y de Rusia y China por razones geopolíticas y económicas.

 

Las Fuerzas Armadas venezolanas han sido determinantes en la historia política de ese país. Si bien es cierto que los militares han sido cooptados por el gobierno ilegítimo, siguen siendo determinantes en su precario sustento, de manera que si retiran el apoyo al gobierno de Nicolás Maduro, caerá. Al parecer, la movilización popular y la presión internacional están destinadas a cambiar la posición de las Fuerzas Armadas a favor de la transición hacia la democracia.

 

Ahora bien, mientras lo anterior ocurre, en Colombia se debe tratar la migración del vecino país con propuestas que vayan más allá del apoyo humanitario y la ayuda internacional, se debe considerar su inclusión económica, de manera que puedan ingresar al mercado laboral formal mediante esquemas flexibles, que tengan acceso a crédito y a proyectos productivos. Desde el punto de vista político, restaurada la democracia en Venezuela, se debería insistir en la integración de los países de la región.

 

En fin, la difícil situación de Venezuela con sus dos presidentes y su éxodo, se debería ver como una oportunidad para el fortalecimiento de la democracia, la integración política y el desarrollo económico. Lo que hoy podríamos denominar una nueva forma resilencia nacional.

 

Agradeceré comentarios: jcharry@charrymosquera.com.co

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