Nuevo mapa político
Jaime Castro
Exministro y exalcalde de Bogotá
Los resultados de las votaciones populares de mayo y junio pasados trascienden la elección de nuevo Presidente de la República, porque produjeron situaciones y tienen consecuencias que crean nuevo mapa político. En primer lugar, la ciudadanía recordó y aplicó conocida frase de Churchill: “La democracia es el menos malo de los sistemas políticos”. Por eso la prefirió al populismo que era la otra opción que se le ofrecía. Consideró que, aunque no tenemos la mejor organización político institucional, porque todavía debemos mejorarla, no convenía oír los cantos de sirena del coletazo populista que nos llegó cuando ya está pasando de moda en otras partes. Continuamos siendo, entonces, tierra estéril para el populismo, lo cual no quiere decir que podamos bajar la guardia, porque ningún Estado ni ninguna sociedad han encontrado la vacuna contra ese facilista e irresponsable modelo político.
La elección de Iván Duque, en segundo lugar, representa el acceso de una nueva generación al poder. Durante la campaña, repetidamente él puso de presente que pertenecía al 73 % de los colombianos menores de 45 años. Como los dos últimos presidentes acumularon 16 años en la jefatura del Estado se habían sacrificado valores jóvenes y olvidado frase poco citada de López Pumarejo: “A la gente le gusta ver caras nuevas en los carros oficiales”. Era necesario, por ello, elegir presidente de 42 años que permite recordar los antecedentes del Libertador Simón Bolívar y Alberto Lleras Camargo que fueron elegidos a los 36 y 39 años, respectivamente.
La elección de Marta Lucía Ramírez representa, igualmente, el acceso de la mujer a la jefatura del gobierno. No hemos elegido todavía una mujer como Presidenta, por el machismo que caracteriza nuestra sociedad, pero la elección de una Vicepresidenta abre el camino para que así ocurra pronto.
Debe destacarse también que por la importancia de los temas que se decidían, en la primera y segunda vueltas presidenciales, hubo masiva participación ciudadana en las urnas y se redujo, en pocos puntos, pero se redujo, la abstención. Lo anotado explica que Iván Duque haya sido elegido con el mayor número de votos hasta ahora registrado. Juan Manuel Santos, en el 2014, escasamente pasó la barrera de los 9 millones de votos. Duque superó la cifra de 10,3 millones.
Last but not least (la última, pero no la menos importante). Con otras palabras, Iván Duque ha dicho que aplicará el artículo 188 de la Constitución: “El Presidente de la República simboliza la unidad nacional y se obliga a garantizar los derechos y libertades de todos los colombianos”. Ese carácter y esa investidura -simboliza la unidad nacional- no habilita al Presidente para promover confrontación estéril con sus conciudadanos, como por mala fortuna ha ocurrido últimamente, sin perjuicio, claro está, de que las políticas del gobierno sean cuestionadas y controvertidas por quienes legítimamente ejerzan el derecho a controvertir a las determinaciones oficiales y busquen convertirse en alternativa de poder. Duque invitó a los colombianos a votar recordando que había adelantado una “campaña con total respeto de las diferencias”, porque su propósito era “construir un país para todos, para quienes piensan como nosotros, pero también para quienes piensan diferente”. Agregó que “no habrá espejo retrovisor” y que “no gobernará con odios”.
Y en su primer discurso como Presidente dijo: “Esta elección es la oportunidad que esperábamos para pasar la página de la polarización. Yo no reconozco enemigos en Colombia. No existen en mi mente ni en mi corazón venganzas ni represalias (…). Esta elección nos da un mandato amplio y claro, porque la mía ha sido una campaña de soluciones y no de agresiones, de propuestas, de principios (…), por eso tiene que ser oportunidad para que nos unamos entorno de aquellas cosas que históricamente le han hecho daño a Colombia (…), hoy no hay ciudadanos vencidos, porque quiero ser el Presidente que le dé el mismo amor a los que votaron por mí y a los que no lo hicieron o votaron en blanco (…). Voy a entregar todas, absolutamente todas mis energías por unir a nuestro país (…), pensemos en un país con todos y para todos”.
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