15 de Diciembre de 2024 /
Actualizado hace 6 hours | ISSN: 2805-6396

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Opinión / Columnista Impreso

Libertad: entre los Estados autoritarios y las multinacionales de la información

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Juan Manuel Charry Urueña

Abogado constitucionalista. Presidente del Instituto Libertad y Progreso

jcharry@charrymosquera.com.co; @jmcharry

 

George Soros, en discurso pronunciado en Davos (Suiza), el pasado 25 de enero del 2018, con ocasión del Foro Económico Mundial, presentó un panorama del estado actual del mundo. Consideró que atravesamos un momento histórico doloroso, en el que no solo está en juego la sociedad abierta, sino toda nuestra civilización, pues está marcado por el aumento de dictaduras y Estados mafiosos, como la Rusia de Putin. Recordó que las amenazas nucleares y el cambio climático acechan nuestra supervivencia.

 

Sin embargo, Soros destacó el ascenso y comportamiento monopolístico de las gigantes empresas de tecnologías de la información, como Facebook y Google, que controlan más de la mitad del total de los ingresos por publicidad en internet, que se han convertido en obstáculos para la innovación y en la causa de una nueva serie de problemas. Las empresas de social media, que explotan el entorno social de forma que resulta nefasta, influyen en la manera como piensan y se comportan las personas, sin que ellas tengan conciencia de esa influencia, con incidencias en el funcionamiento de las democracias y sus elecciones. Los proveedores de contenidos no pueden evitar usar sus plataformas y aceptar sus condiciones de uso, sin que aquellas se hagan responsables de la difusión de tales contenidos.

 

Para Soros, la actividad de esas empresas está transformando la atención humana, más allá de la distracción o de la adicción, están induciendo a la gente a renunciar a su autonomía. Cada vez está más concentrado en pocas compañías moldear la atención de las personas. Por lo tanto, para aquellas personas que crecieron en la era digital se está perdiendo la “libertad de pensamiento”, con pocas posibilidades de recuperarla. Pero resulta aún más alarmante, la posibilidad de una alianza entre Estados autoritarios y estos grandes monopolios de las tecnologías de la información, ricos en datos, algo que más probablemente podría ocurrir en Rusia y China. Por supuesto, estimó Soros, estas empresas son esclavas de su posición dominante, si quieren preservarla. Es más, vaticinó, se derrumbarán próximamente, sus días están contados, ante las posibles regulaciones y las nuevas políticas fiscales.

 

Hace 30 años, el credo dominante era la gobernanza y la cooperación internacional. Hoy, la fuerza motivadora es el nacionalismo; Rusia, a pesar de ser un Estado mafioso, está resurgiendo gracias a una ideología nacionalista, mientras que la Unión Europea está en riesgo de abandonar sus valores. China está en ascenso, Xi Jinping estableció un nuevo sistema de patrocinio dentro del partido. Quedan campos de batalla locales en África, Medio Oriente y Asia Central. Nada, absolutamente nada, dice George Soros sobre América Latina.

 

Hace siglo y medio, lo advertía Florentino González, los derechos fundamentales no debían ser reglamentados por el Estado, pues eran su límite y contención material. Hoy son regulados por leyes estatutarias; además, se crean, conceden y limitan al ritmo de la jurisprudencia constitucional. Ahora, la publicidad, los medios masivos de comunicación y las nuevas tecnologías de la información manipulan los más íntimos deseos y emociones humanas, sin que se pueda advertir fácilmente.

 

Nunca antes el individuo humano había estado tan amenazado en su fuero interno como ahora, pues no solo tiene que enfrentar a Estados autoritarios y mafiosos con poderes de inteligencia advertidos por Georges Orwell, sino que las nuevas tecnologías aprovechan cada “clic” en nuestros computadores o teléfonos móviles, para obtener información nuestra, que luego será utilizada para satisfacer los intereses no solo económicos de las empresas multinacionales de la información.

 

No atendimos la advertencia de González, ¿lo haremos con la de Soros?

 

Agradeceré comentarios: jcharry@charrymosquera.com.co

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