Columnistas
Reflexiones sobre el ‘brexit’
Ricardo Abello – Galvis
Profesor de Derecho Internacional de la Universidad del Rosario
Desde el pasado 24 de junio, mucho se ha hablado sobre el brexit. Sin embargo, hoy quiero compartir con ustedes mis reflexiones al respecto ante el triunfo por solo 833.400 votos de diferencia a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) de los 33.577.342 sufragios, es decir que la decisión se tomó por un margen del 4 % de los votos.
En lo personal considero que el Reino Unido nunca quiso ser parte de la UE, las circunstancias políticas y económicas lo llevaron a no querer estar por fuera, lo que es muy distinto. Dos hechos me hacen creer que esto fue así. El primero fue la negativa del presidente de Francia, Charles de Gaulle, al ingreso del Reino Unido a la UE, precisamente porque consideraba que los ingleses tenían mayores intereses económicos en otras regiones del mundo que con el continente europeo. Es precisamente por esto que solamente en 1973 fue aceptado su ingreso bajo la presidencia de Georges Pompidou, en Francia.
El segundo, a mi modo de ver, es una muestra clara de la posición del Reino Unido: la famosa frase de Margaret Thatcher, siendo Primera Ministra, cuando dijo, refiriéndose a la UE, “I want my money back” (Quiero mi dinero de regreso), que demuestra claramente el poco interés que el gobierno de la isla tenía hacia el continente, específicamente hacia la UE.
Con estos antecedentes, considero que lo sucedido con el brexit es la mejor noticia para la UE. En efecto, la crisis que está viviendo Europa hace que los discursos facilistas de la derecha como “si usted no tiene trabajo es porque un extranjero se lo quitó” se vendan fácilmente.
Las dificultades que vive el antiguo continente desde hace unos años llevaron a que muchos políticos pusieran énfasis en los problemas que puede generar un acuerdo como el de la UE, dejando de lado los grandes beneficios que tiene. Fue necesario un gran sacudón para que salieran a relucir nuevamente las cosas buenas con más vehemencia que aquellas “negativas”, que, además, terminaron siendo mezcladas con un voto de censura a la clase dirigente del Reino Unido.
Los votantes solo se dieron cuenta del verdadero alcance de lo que estaba en juego tras el resultado final, cuando notaron que su movilidad por Europa puede verse afectada o la Premier League (el torneo de futbol), en la medida en que los jugadores europeos contarán como extranjeros en dicho torneo, lo anterior entre otra cantidad de aspectos positivos que conlleva ser parte de la UE.
La buena noticia de todo lo sucedido con el brexit es que en aquellos Estados parte en donde los movimientos de derecha están ganando votos con sus arengas en contra de la unión, como Francia, Austria y Países Bajos, entre otros, ahora deben medir sus palabras en la medida en que quedaron en evidencia los aspectos positivos de la integración que aquellos que pueda ser criticables.
A modo de conclusión, podemos afirmar con claridad que en todos los acuerdos siempre habrá aspectos positivos y otros que no lo son tanto. Lo importante siempre será mirar lo general y no lo específico, pues nunca habrá un acuerdo que pueda satisfacer a la totalidad de la población, sin perjuicio de las grandes virtudes que contenga.
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