Opinión / Columnistas
Las decisiones que trae el pronóstico climático para 2016
Juan Camilo Restrepo
Exministro, abogado y economista
Acaba de lanzarse el Plan Colombia Siembra que busca aumentar, en los próximos tres años, en un millón de hectáreas el área sembrada del país, llegando así a los 8 millones de hectáreas. Un incremento que le apuesta a contribuir con la seguridad alimentaria nacional; agregar al menos un producto más a la canasta exportadora tradicional del país, compuesta por café, flores y banano; y lograr que el agro aporte 4,5 % del Producto Interno Bruto (PIB), casi el doble del 2,3 % actual.
Sacar adelante el Plan Colombia Siembra exige un inmenso compromiso y esfuerzo de coordinación que facilite tomar decisiones bien informadas frente a desafíos como el que enfrentamos hoy en día con un fenómeno de El Niño, que pasó de categoría moderada a fuerte, y cuyos efectos pueden ser dramáticos en el primer trimestre del 2016 para los principales cultivos y zonas productivas de Colombia.
Investigadores del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), especializados en cambio climático, prevén que en lo que respecta a caña de azúcar, aquellos productores que carecen de agua suficiente para riego no tendrán capacidad para garantizar el sostenimiento de su cultivo. La caña es sembrada en 225.560 hectáreas que solo en el 2013 produjeron 2,12 millones de toneladas de azúcar.
Para el café, la actual temporada de lluvias conducirá a una excelente floración. Pero, la llegada temprana de un verano más intenso en diciembre del 2015 impedirá garantizar un adecuado llenado de grano, afectando los resultados esperados por los cafeteros propietarios de 90.000 hectáreas productivas.
En ganadería, los productores ubicados en el Caribe seco, la región andina y el suroccidente del país, vienen sufriendo incrementos de hasta 4oC en la temperatura, lo cual se traduce en falta de alimento y agua para sostener la productividad de carne y leche, respectivamente. Enfrentar el intenso verano previsto para el primer semestre del 2016, los encontrará con un déficit de agua acumulado que agravará la situación.
La producción de arroz y maíz también se verá afectada pues no habrá agua suficiente para sembrarlos en el primer trimestre del 2016. De hecho, la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales (Fenalce) reporta pérdidas actuales del 15 % en el área sembrada en maíz tecnificado y del 19 % en maíz tradicional.
Pero no todo es pérdida. Entre los logros alcanzados durante la anterior y presente administración del presidente Santos está el haber dado continuidad a un esfuerzo que reunió por primera vez al Gobierno Nacional, la academia, centros de investigación, ONG y asociaciones de agricultores de las cadenas de producción de caña de azúcar, maíz, fríjol, arroz, papa, frutales y palma de aceite.
Se trata del convenio entre el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) y el CIAT, que busca que el sector agropecuario colombiano mejore su capacidad de respuesta ante los fenómenos climáticos, disminuyendo así pérdidas y aumentando la productividad y competitividad, mediante el aprovechamiento de conocimientos, herramientas y tecnologías, y un uso más eficiente de los recursos naturales.
Entre los logros alcanzados a través de la estrecha colaboración con socios nacionales e internacionales que apoyan este convenio, que se encuentra en su tercer año de vida, está la identificación de tecnologías que permiten producir, de manera sostenible, arroz con menos agua, papa con menos fertilizante y carne con menos emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), manteniendo o superando los actuales niveles de productividad.
De igual forma, en lo que respecta al cierre de brechas productivas, se identificaron los factores más limitantes para la producción de arroz, maíz y fríjol. También se evaluaron más de 70 variedades durante 4 ciclos para arroz, maíz, fríjol y yuca. Hoy se conoce su comportamiento en situaciones extremas de sequía o exceso de lluvia.
Esto sin perder de vista los pronósticos agroclimáticos que ofrecen datos sobre las condiciones climáticas de los próximos 1 a 6 meses, que son entregados en forma de boletines a los agricultores, de los departamentos de Córdoba, Meta, Tolima, Huila, Casanare, Valle, Santander y Cauca, con información fiable sobre cuándo sembrar, qué variedad elegir, con qué densidad de siembra, y cuándo cosechar, entre otros factores decisivos.
La importancia y efectividad de estos pronósticos agroclimáticos como herramientas para la toma concertada de decisiones, quedó demostrada cuando, a través de un esfuerzo conjunto con la Federación de productores de arroz (Fedearroz), el Convenio evitó grandes pérdidas económicas a 170 productores de arroz en Montería, Córdoba. 1.800 hectáreas sembradas de arroz se salvaron de ser arrasadas por el intenso verano que ha azotado al país en los últimos meses gracias a que los agricultores siguieron una puntual recomendación: cambiar la fecha de siembra.
Una decisión estratégica producto de la aplicación de un enfoque innovador que permitió reunir, combinar y aprovechar un gran número de datos –llamados también big data– compartidos por Fedearroz y el Instituto Colombiano de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM). Enfoque que fue uno de los ganadores en el 2014 del Desafío Climático Big Data durante la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas, en Nueva York.
Sobre la base sólida de estos logros reales y recientes, invito a los productores a que hagan uso de los datos y recomendaciones proporcionados mensualmente por el boletín agroclimático, como herramienta para tomar decisiones oportunas en el manejo de cultivos y la producción pecuaria. A las corporaciones autónomas regionales y entes territoriales, para intensificar la protección y manejo sostenible de las cuencas hidrográficas y suelos. A todos los colombianos para usar más eficientemente el agua para consumo doméstico, comercio, industria y agricultura. Y al presidente Santos para seguir contando con su respaldo, que garantice la continuidad de este convenio que contribuye a contar con un sector agropecuario colombiano resiliente con miras al nuevo país que estamos construyendo entre todos.
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