La Corte Suprema de Justicia señaló que la libre competencia permite al consumidor escoger entre diversas cantidades y calidades de productos y servicios, y a los empresarios, aumentar su eficiencia. Por ello, advirtió que las prácticas monopolísticas contradicen ese postulado, pues en ellas existe un productor o prestador del servicio, que, en virtud de una posición privilegiada, tiene la facultad de imponer los términos de las relaciones mercantiles de su interés. El alto tribunal negó la existencia de un monopolio en una región donde se desarrollaban las actividades de un frigorífico. Para la corporación, como la normativa que regula la materia no permite el monopolio, los demandantes debían demostrar ese comportamiento con suficiencia (M.P. Fernando Giraldo Gutiérrez).