La acusación, en sede de casación, basada en el desconocimiento del certificado de tradición en un proceso declarativo de pertenencia hizo que la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia recordara las funciones de este documento. Precisamente, el alto tribunal indicó que uno de los objetivos de este instrumento es dar cuenta de la existencia de un predio a través de la atestación que hace el registrador. Además, sirve al propósito de determinar quién es el propietario actual del inmueble, así como dar información sobre los titulares inscritos de derechos reales principales, pues contra ellos ha de dirigirse la demanda. Igualmente, mencionó que el folio de matrícula inmobiliaria constituye un medio para garantizar la publicidad del proceso y, finalmente, su presencia permite identificar el inmueble objeto del litigio (M. P. Margarita Cabello).