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26 de Abril de 2024 /
Actualizado hace 7 horas | ISSN: 2805-6396

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Opinión / Análisis


Rediseñando al abogado del presente

08 de Octubre de 2020

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Pamela Alarcón Arias

Socia de Penal & Compliance de la firma Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría

 

En los últimos años, y cada vez con mayor insistencia, se habla de las necesidades de innovación en el Derecho a través de nuevas tecnologías como legaltech, legal design, maching learning, blockchain y resolución en línea de dispu­tas, entre otras. Sin duda, hoy en día existen nuevas tendencias, tecnologías y propuestas para replantear la manera de ejercer la profesión, adaptándose a esta nueva atmósfera de la abogacía.

 

Las firmas y las empresas buscan un nuevo perfil de abogados. En el artículo The T Shape Lawyer, escrito por Peter Connor para Legal Business World, se resalta la necesidad de que los abogados sean creativos, recurran a la tecnología y sean innovadores, al tiempo que deben estar en la capacidad de interactuar con diferentes áreas para dar soluciones integrales que vayan más allá de los asuntos legales. Cabe mencionar que a las áreas legales ya se les exige que creen procesos internos, productos, indicadores de gestión de proyectos, análisis de negocios, y gestión y prevención de riesgos, tareas con las que el abogado tradicional no se siente muy cómodo y que se perciben más como labor de ingenieros o administradores. Sin embargo, serán esas las competencias diferenciadoras que lo harán exitoso.

 

La experta en innovación legal Amani Smathers promueve una nueva definición de las características que requieren los abogados, ya no del futuro, sino del presente. Según ella, los abogados tradicionales tienen unas habilidades en forma de “I”, que se fundamentan básicamente en el conocimiento legal impartido en las universidades. Sin embargo, ella propone un modelo en forma de “T”, en el cual a la línea vertical continúa, no obstante, se le agrega la línea horizontal de la “T” que representa otro tipo de habilidades y conocimientos actualmente indispensables en la profesión.

 

Según la experta, las nuevas competencias para el abogado del presente son:

 

•          El conocimiento y el manejo de las nuevas herramientas tecnológicas que le permitan al abogado ser un profesional de la era digital.

 

•          Un conocimiento especializado en un sector, tema o función específica, más allá del mundo del Derecho. Algo así como una visión de 360 grados sobre un tema particular, lo que puede incluir conocimientos de economía, políticas públicas, finanzas y demás temas que estén relacionados.

 

•          La inteligencia emocional en los abogados, su carácter y su capacidad de comunicarse con el cliente constituyen una ventaja en el contexto de un sector que estará cada vez más dominado por la tecnología. En tal sentido, la capacidad de interacción del abogado con su cliente será fundamental para la supervivencia de la profesión, y es un elemento que no parece que pueda ser remplazado por las máquinas.

 

•          La capacidad de emprender e innovar le permitirá al abogado, hoy en día, ser exitoso en un entorno que se está transformando.

 

Otro modelo de abogado del presente que toma cada vez más fuerza es el delta, en el que se conjugan los conocimientos y habilidades antes expuestos en los modelos “I” y “T” con competencias en tecnología y redes sociales, seguridad de la información y de los datos, diseño, data analytics y gestión de proyectos, que han sido resumidas como conocimientos de negocios y operaciones.

 

Lamentablemente, la mayoría de estos conocimientos no se aprende en la facultad, por lo que es necesario que los futuros abogados saquen el máximo provecho de los cursos electivos que ofrecen las universidades en otras carreras, como economía, ingeniería o administración. Igualmente, deben complementar sus perfiles profesionales con maestrías o especializaciones en otras disciplinas que les permitan obtener las competencias para seguir el modelo en forma de “T” y, mejor aún, el modelo delta.

 

Los abogados que cuenten con estas nuevas habilidades tendrán otro panorama laboral y, sobre todo, una ventaja frente a sus colegas de formación tradicional. Así, es necesario que se cuestionen cuál es su papel y de qué manera lo van a realizar en la industria legal del presente.

 

En la innovación está la clave

 

En esta búsqueda de cuál será su rol en la actividad profesional, los abogados, además, deben conocer cuáles son las tendencias innovadoras en el mundo del Derecho. Así, competencias en métodos de gestión y tecnologías provenientes de otras áreas, como la administración y la ingeniería, les permitirán innovar en sus labores, dada la tendencia del uso de la tecnología legaltech. Otra herramienta de indispensable conocimiento para el trabajo de los abogados es el legal analytics, que se refiere al uso de técnicas estadísticas y análisis de datos en los casos legales para predecir juicios o para prever cuál será la estrategia de la contraparte. Así, por ejemplo, en EE UU, algunas herramientas tecnológicas le permiten al abogado analizar cuál ha sido a lo largo de los años la postura de un juez sobre un tema específico, qué argumentos ha considerado válidos y cuáles no al momento de decidir, y cuáles son las probabilidades de que resuelva favorablemente la pretensión.

 

Igualmente, el legal design también ha cobrado mucho valor para los abogados, esto es, utilizar herramientas de design thinking para desarrollar productos que sean amigables con el usuario (cliente). Estos elementos están transformando la interacción tediosa entre el abogado y su cliente, permitiéndole al abogado resolver de manera efectiva las necesidades de las personas que lo consultan.

 

Junto a las tendencias anteriormente expuestas hay un tema interesante y que seguro dará mucho de qué hablar en los próximos años: la justicia descentralizada. Esto se refiere, entre otras cosas, a la posibilidad de resolver disputas en línea (ODR, por su sigla en inglés) con base en herramientas tecnológicas como el blockchain, el crowdsourcing y la teoría de juegos. Este tipo de mecanismos de resolución de disputas ha sido utilizado por sitios de comercio electrónico (como Amazon) en los cuales son los mismos usuarios (compradores) quienes dirimen cualquier controversia entre vendedores y compradores, algo parecido a una mediación. Esto a su vez permite que situaciones de conflicto que se den entre dos partes en diferentes jurisdicciones pueda resolverse de manera más fácil y ágil.

 

Por último, el abogado del presente debe, por lo menos, entender el futuro de los contratos legales, en lo que se conoce como smart contract. Se trata de contractos escritos en códigos/algoritmos en una red descentralizada y que serán ejecutables tras la ocurrencia de algún hecho pactado. Para que estos contratos inteligentes funcionen se debe recurrir a tecnologías como el blockchain y el internet de las cosas (IoT, por su sigla en inglés), que harán que su ejecución sea perfecta y en tiempo real, con pocos espacios para incumplimientos o defraudaciones de alguna de las partes. Este podría ser el caso, por ejemplo, de un contrato de distribución y logística en el cual una parte se compromete a pagarle a la otra una vez su mercancía allá sido almacenada y entregada. Así, el pago se hará a través de un mecanismo de blockchain que permite dar trazabilidad y confiabilidad sobre la mercancía, de modo que esta podrá ser rastreada y monitoreada constantemente a través de tecnologías como el IoT.

 

Son muchos los retos y las oportunidades para los abogados actualmente. Simplemente se debe dejar el miedo a transformar la industria legal de la mano de la tecnología, y pensar en abrirle la puerta a todas las ventajas que ella puede traer, de la mano de la innovación.

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