El camino incierto para pensionarse

Milena Bustos Gutiérrez

Comunicadora social y periodista

En época de reformas, ¿qué nos esperaría ante una nueva reforma pensional? Este es un tema que se viene analizando desde el Gobierno anterior y al que todavía no se le ha dado prioridad. Más allá de la falta de recursos para garantizar el pago de las pensiones y las propuestas para ampliar la cobertura de acceso a la población vulnerable, aún existen muchas dudas respecto a lo que les espera a los colombianos que actualmente cotizan para obtener una mesada pensional, porque cada vez que hay un cambio, las posibilidades de pensionarse se van alejando y, muchas veces, perdiendo.

Si bien es cierto que desde que entró en vigencia el sistema pensional bajo la Ley 100 de 1993, en sus 289 artículos se exponen todos los aspectos necesarios para el acceso a la pensión y los regímenes que lo componen, en ningún párrafo encontramos argumentos que nos indiquen o, por lo menos, nos guíen para elegir cuál es el régimen pensional más conveniente para unos y para otros, si el régimen de ahorro individual con solidaridad, a cargo de los fondos privados, o el régimen de prima media, administrado por Colpensiones.

Debido al alza de impuestos y a otros factores, se han visto afectados todos los sectores de la economía, lo que ha ocasionado un desequilibrio en el mercado laboral y un aumento de la tasa de desempleo y del trabajo informal. Pero si vemos que día a día se escuchan nuevas propuestas encaminadas a seguir aumentado la edad de pensión, el porcentaje de cotización o hasta eliminar uno de los regímenes, ¿qué tan viable será pensionarse en Colombia para las nuevas generaciones?

El déficit pensional es preocupante, y si nos ponemos a hacer un análisis de los factores que influyen en el estado crítico del sistema, resaltaríamos los siguientes:

- La desigualdad de los regímenes (la población que no alcanza a recibir una pensión por el total de sus cotizaciones resulta aportando para cubrir las pensiones de aquellos que cotizan con ingresos altos).

- Baja cobertura en la afiliación (debido al aumento del trabajo informal y a la falta de empleo).

- Inexactitud y mora en el pago de los aportes pensionales por parte del empleador (afecta el equilibrio financiero del sistema).

- Mala administración de los recursos destinados a pensiones (montos elevados de la comisión administrativa).

- Problemas de financiación.

Por todo esto, nos vemos expuestos a pensar que, hasta que no exista un sistema pensional equitativo de la mano de una reforma económica estructural, que garantice no solo la seguridad de la pensión de los colombianos, sino también que motive a la formalización del mercado laboral y el aumento del trabajo formal, seguiremos tapando el déficit pensional con nuestros impuestos, sin obtener una solución concreta a dicho problema.