Los soldados conscriptos o bachilleres afrontan un déficit de garantías laborales, si se les compara con las condiciones de las que gozan los profesionales castrenses, advirtió el Consejo de Estado.

De acuerdo con la Sección Tercera, es la propia administración la que ha llevado a esa posición de desventaja a quienes presentan el servicio militar obligatorio.

Los conscriptos, indicó, solo gozan de ciertas prestaciones, que no pueden considerarse como laborales, ya que ingresan a la institución por una imposición del Estado. En cambio, los soldados profesionales actúan motivados por una decisión personal y están sujetos a una debida protección salarial y prestacional.

El fallo reitera que la Nación debe hacerse responsable del daño que se produzca por el riesgo que enfrentan estos uniformados durante el servicio. Por esa razón, le atribuyó al Estado la responsabilidad por la pérdida de la audición de un soldado bachiller, que sufrió una reducción del 23 % en su capacidad laboral.

(Consejo de Estado, Sección Tercera, Sentencia 50001233100020000003101 (29088), sep. 16/13, C. P. Mauricio Fajardo)

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