Así opera la autorización a los alcaldes para celebrar acuerdos de reestructuración

Aunque no se requiere anexar a la solicitud de promoción del acuerdo de reestructuración de pasivos el acto del concejo municipal mediante el cual se autoriza al alcalde para su celebración y para efectuar los ajustes presupuestales necesarios, en virtud de la Ley 550 de 1999, resulta conveniente hacerlo.

Según el Ministerio de Hacienda, es necesario tener en cuenta que para la elaboración de la propuesta a los acreedores se requiere en algunos casos reorientar rentas de destinación específica a la financiación de las acreencias y, por ende, contar con la autorización del órgano corporativo.

Dentro de los cuatro meses siguientes al inicio de la negociación del proceso de reestructuración debe celebrarse la reunión para comunicar la determinación de acreencias, acreedores y derechos de voto para participar en el mismo.

Finalizada dicha reunión, y dentro de los cuatro meses siguientes, debe celebrarse el acuerdo de reestructuración; es decir, en condiciones normales, negociación y suscripción se realizan en un término no superior de ocho meses.

Sin embargo, indicó la cartera, en algunos procesos de negociación los acreedores presentan objeciones y la celebración del acuerdo llega a superar casi dos años, generalmente por la demora en la Superintendencia de Sociedades, entidad competente para resolver las controversias.

Así las cosas, para efectos de fijar el término de la autorización que imparte el concejo municipal para negociar y celebrar el acuerdo, reorientar rentas y efectuar las operaciones presupuestales necesarias, se deben tener en cuenta todas las situaciones que se pueden presentar.

Por último, agregó, si una entidad territorial ha sido admitida para negociar un acuerdo de reestructuración de pasivos y no logra celebrarlo, no puede ser admitida nuevamente.

Minhacienda, Concepto 16659, mayo 24/18