La claridad mental de jueces como Alex Kozinski y Carlos Gaviria
La justicia no se mide solo por lo que dice, sino por cómo lo dice. Si no se entiende, no cumple su función.Openx [71](300x120)

01 de Agosto de 2025
Natalia Tobón Franco
Abogada de la Universidad de los Andes, con maestría en propiedad intelectual en Franklin Pierce Law Center
Admiro a Alex Kozinski. Fue juez del Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito en Estados Unidos y escribió algunas de las sentencias más claras, amenas que he conocido. No era necesario ser abogado para entenderlo. Pensaba con rigor y escribía con gracia y sentido común.
Varias de sus sentencias merecen ser recordadas. Por ejemplo, cuando al referirse a los excesos en la protección de la propiedad intelectual dijo: “Proteger en exceso la propiedad intelectual es tan perjudicial como no protegerla. La creatividad es imposible sin un dominio público amplio y rico. Nada de lo que existe hoy –y probablemente nada desde que dominamos el fuego– es completamente nuevo: la cultura, al igual que la ciencia y la tecnología, crece por acumulación, con cada nuevo creador construyendo sobre lo que hicieron los anteriores. La sobreprotección sofoca precisamente las fuerzas creativas que se supone debe fomentar”.
Como nació en Rumania en 1950 a menudo hablaba de sistemas políticos con experiencia: “Nací bajo el comunismo. Sé lo que es vivir en un sistema en el que no se puede hablar, solo se puede susurrar. Donde el Estado lo invade todo y se entromete en todo”.
Sobre el libre mercado Kozinski decía que “Cuanto más interviene el gobierno en el mercado, más se obstaculiza la competencia” y sobre el dinamismo de la cultura señaló: “Para bien o para mal, somos el tribunal de apelaciones del circuito de Hollywood. Millones de personas trabajan a la sombra de las leyes que dictamos, y gran parte de su sustento es posible gracias a la existencia de los derechos de propiedad intelectual. Pero también buena parte de ese sustento –y del dinamismo de nuestra cultura– depende de otros derechos intangibles: el derecho a tomar ideas de un dominio público amplio y variado, y el derecho a burlarse –con fines lucrativos o simplemente por diversión– de los íconos culturales de nuestro tiempo”.
También era hábil para decir frases célebres[1]:
- “En el Derecho, como en la vida, dos errores suman dos errores, nada más”.
- “Decir lo mismo dos veces no le da más peso”.
- “Los tribunales no están para compensar a los desafortunados; esto no es el Bosque de Sherwood”.
- “En mi opinión, este es un mal negocio. Nos meteremos en problemas como nación si seguimos con la tendencia actual de robarle a Pedro para pagarle al abogado de Pablo”.
- “No es fácil describir las muchas formas en que la opinión del panel entra en conflicto con las de todos los demás tribunales federales que han aplicado la sección 924(c), pero lo intentaré”.
- “La iniciativa personal, no el control gubernamental, es la fuente del progreso en una economía capitalista”.
- “Pero, como muestra este caso, un abogado astuto puede juntar una serie de irrelevancias en un mosaico que jurados y jueces encontrarán convincente”.
- “Sabio o no, un trato es un trato”.
La forma de expresarse de Kozinski contrasta con lo que ocurre en muchas cortes de América Latina. En Colombia, por ejemplo, es común encontrar sentencias de más de mil páginas, cargadas de frases que parecen escritas para no ser entendidas. Por ejemplo: “El operador judicial, en aplicación del principio de favorabilidad hermenéutica, debe asumir una postura de interpretación extensiva del bloque de constitucionalidad conforme a la teleología del derecho fundamental afectado”.
“La ratio decidendi encuentra su concreción fáctica en la estructura argumentativa de la resolución impugnada, en tanto se articula con el principio de progresividad normativa de los derechos subjetivos”.
“Resulta procedente la aplicación de una tesis integradora que armonice el principio de legalidad con el postulado de razonabilidad reforzada en contextos de vulnerabilidad jurídica estructural.”
Claro que hay algunas excepciones. Por ejemplo, Carlos Gaviria Díaz, magistrado de la Corte Constitucional de Colombia, se caracterizaba por fallos muy amenos y bien redactados. Una de las sentencias que más me gusta es la C-087 de 1998, en la que explica por qué no se puede exigir tener tarjeta profesional para ejercer el periodismo: “Los estudios académicos en el área de las comunicaciones habilitan, sin duda, para ejercer un oficio, en el que pueden competir quienes tengan formación universitaria en el campo mencionado, y los que no la tengan. Cabe esperar razonablemente que los primeros, por su mejor preparación y mayor destreza, cumplan una labor más eficaz que los segundos, al menos en la generalidad de los casos. Pero han de ser los resultados los que hablen, pues no parece lógico que sean vallas artificialmente dispuestas las que determinen el éxito o el fracaso de alguien, en un ámbito de trabajo como el que se ha descrito”.
Esta sentencia es fundamental para comprender cuál debe ser el alcance de la libertad de expresión: “Entre el eventual daño social que pudiera seguirse de una información inadecuada, consecuencia de la libertad de informar, y la restricción general de ésta para precaverlo, la sociedad democrática prefiere afrontar el riesgo del primero. Y es que no hay duda de que impedirle a alguien que opine o informe habitualmente (“en forma permanente”, dice la ley), oponiéndole su incompetencia intelectual para hacerlo, es una modalidad de censura, así se la maquille con razones de conveniencia, incompatible con un sistema democrático y específicamente con una Constitución como la colombiana, que la rechaza incondicionalmente, en términos categóricos: “... no habrá censura”.
Ojalá hoy hubiera más jueces como Kozinski y Gaviria, que redactaban sus fallos pensando en sus destinatarios (Kozinski está vivo, pero ya no es magistrado, y Gaviria murió). Ellos no solo conocían el Derecho, sino sabían explicarlo. La justicia no se mide solo por lo que dice, sino por cómo lo dice. Si no se entiende, no cumple su función.
¿Usted qué opina? ¿Qué apartes de otras sentencias le han parecido claros? ¿Conoce a otros jueces en Colombia que escriban como Gaviria y Kozinski?
Siga nuestro canal de WhatsApp
Gracias por leernos. Si le gusta estar informado, suscríbase y acceda a todas nuestras noticias, los datos identificadores y los documentos sin límites.
[1] David A. Golden, Humor, the Law, and Judge Kozinski's Greatest Hits, 1992 BYU L. Rev. 507 (1992).
https://digitalcommons.law.byu.edu/lawreview/vol1992/iss2/16.
¡Bienvenido a nuestra sección de comentarios!
Para unirte a la conversación, necesitas estar suscrito.
Suscríbete ahora y sé parte de nuestra comunidad de lectores. ¡Tu opinión es importante!