La Ley 1558, que reforma la Ley General de Turismo (Ley 300 de 1996), fue sancionada el pasado martes por el presidente Juan Manuel Santos. La norma declara esta actividad de interés nacional y busca la profesionalización y formalización de los servicios relacionados con el sector. También, incluye como nuevos aportantes de la contribución parafiscal para la promoción del turismo a las empresas operadoras de proyectos de tiempo compartido y multipropiedad, las empresas asociativas de redes de vendedores multinivel de servicios turísticos y a los guías de turismo. Por otra parte, obliga a los administradores de propiedad horizontal a reportar los inmuebles que presten servicios de alojamiento sin autorización. Si no lo hacen, serían multados con hasta tres salarios mínimos mensuales. Finalmente, autoriza al Gobierno para destinar el recaudo del impuesto de timbre por la salida al exterior al desarrollo de programas de inversión social relacionados con la competitividad turística de comunidades en condición de vulnerabilidad.