Aunque el método de depreciación prefijado debe aplicarse de manera uniforme en todos los periodos, ello no impide que se produzca un cambio en la estimación inicial de la vida útil de los bienes productores de renta, lo cual puede establecerse previa autorización del director general de impuestos, indicó la Superintendencia de Sociedades.Así las cosas, si se pretende modificar la vida útil de las construcciones y edificaciones, la cual se determinó en 20 años por el Decreto Reglamentario 3019 de 1989, debe tenerse en cuenta, entre otros aspectos, el uso previsto de este activo y su contribución en la generación de ingresos, señaló la entidad.