Si un usuario de telecomunicaciones no puede usar el servicio contratado por causas imputables al proveedor, por ejemplo, la falta de señal para realizar llamadas o de conexión a internet, puede, a través de petición o queja, solicitar al operador la terminación del contrato, sin que haya lugar a pagar sumas diferentes a las de los consumos que hubiere realizado, aunque exista cláusula mínima de permanencia, precisó la Comisión de Regulación de Comunicaciones. Por el contrario, si desea conservar el servicio, puede solicitar una compensación por el tiempo en que no estuvo disponible, máximo dentro del periodo de facturación siguiente a aquel en que se presentó la interrupción.