Un acto de competencia desleal se configura si es realizado en el mercado con fines concurrenciales, es decir, si es idóneo para mantener o incrementar la participación de quien lo realiza o de un tercero y corresponde a las conductas expresamente prohibidas por el ordenamiento jurídico. Al respecto, la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia precisó que la normativa original del Código de Comercio exigía la existencia de una relación de competencia entre el sujeto activo y el pasivo en dicho acto, pero la legislación vigente no la hace. Además, la corporación indicó que la caracterización moral no califica una conducta como contraria a la competencia, sino su prohibición expresa por la ley. Igualmente, es necesario que el acto pueda alterar eficazmente la libre competencia, lo cual excluye los comportamientos inocuos o inofensivos, sin que sea necesario que aquel cause perjuicios, señaló el alto tribunal (M. P. Arturo Solarte).