El Consejo de Estado explicó que en la comparación de marcas se debe identificar cuál de sus elementos prevalece y tiene mayor influencia en la mente del consumidor, si el denominativo o el gráfico. A juicio de la corporación, en principio, el que tiene mayor relevancia es el denominativo, aunque pueden presentarse casos contrarios. El alto tribunal evaluó la registrabilidad de la marca “Du Mont” frente a las marcas “Dupont” y “Belmont” y concluyó que entre las dos primeras existía un riesgo de confusión significante por la semejanza en el sonido y la pronunciación del elemento denominativo, mientras que entre estas y la última no existía riesgo alguno. En el fallo se recordó que la especialización del consumidor es otro elemento que debe tenerse en cuenta en el análisis sobre el riesgo de confusión y, dentro de este, el peligro de confundir al consumidor en lo tocante al origen empresarial (C.P. Marco Antonio Velilla Moreno).