La Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura confirmó la exclusión de la profesión a un abogado que infringió los deberes de obrar con lealtad y honradez en sus relaciones profesionales y conservar y defender la dignidad y decoro profesional. Así, la conducta en la que incurrió el jurista fue la omisión en la entrega de dineros recibidos. Lo anterior debido a que el abogado obtuvo poder para actuar en el marco de un proceso laboral que tenía por fin el reconocimiento del retroactivo pensional y una vez el juez de conocimiento falló a favor de su cliente el profesional retiró los dineros del depósito judicial, los retuvo por más de dos años y los utilizó para su propio provecho, sin que los mismos fueran entregados en la mayor brevedad posible. De esta manera, la Sala consideró que la conducta del abogado era grave, pues afectó los intereses económicos de los herederos de su cliente y además de la exclusión lo multó con 80 salarios mínimos (M. P. Carlos Mario Cano).