Múltiples acciones de matoneo no exoneran al autor cuando hay de por medio un delito

Tres jóvenes sometieron a un niño de 13 años, lo desnudaron y fotografiaron en posturas sugerentes de actividad sexual. El condenado, tras aceptar que el bullying o matoneo entre jóvenes es un comportamiento reprochable y requiere la atención e intervención de los mayores, propuso que esos actos no eran de interés para el Derecho Penal, pues la víctima guardó silencio sobre lo que le ocurrió, al punto que solo se tuvo conocimiento del suceso cuando su mamá se enteró por sus propios medios.

Para la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, pueden existir comportamientos de acoso juvenil en grupos escolares, deportivos o de recreación que ciertamente no son delitos, pero esa realidad no excluye que algún hecho en ese contexto sí lo sea. Por ende, múltiples acciones de maltratos físicos o sicológicos dirigidas sistemáticamente contra el menor no exoneran al condenado de reproche penal.

La Sala resaltó que el hecho estructura una conducta dolosa penalmente tipificada en el artículo 206 del Código Penal (acto sexual violento), en las circunstancias de agravación contenidas en los numerales 1 y 4 del artículo 211 ídem (si la conducta se cometiere con el concurso de otra u otras personas sobre persona menor de 14 años).

Adicionalmente, el acto se advierte antijurídico toda vez que lesionó la libertad e integridad sexual del menor, lo cual incluso le generó afectación sicológica, pues en la valoración se le observó depresivo cuando hizo alusión a lo sucedido.

De otra parte, la Sala resaltó que el silencio del menor, en relación con la burla de naturaleza sexual que padeció hasta cuando su madre se enteró por sus propios medios, no es indicador de inexistencia del hecho, pues es perfectamente comprensible que por pudor y en protección de su dignidad no quisiera comunicar, publicar o exponer la vergonzosa y humillante situación a la que fue sometido, máxime si en cuenta se tiene que, de acuerdo con el testimonio del presidente de la Comisión Disciplinaria de la Liga del Valle y el informe pericial vertido en el juicio por la perito sicóloga, la víctima es un joven “introvertido” que se experimenta con asimetría de poder y baja capacidad de respuesta (M. P.: Gerson Chaverra Castro).

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