El Consejo de Estado reiteró que las circulares o las cartas de instrucción que tienen por objeto dar a conocer el pensamiento o concepto del superior jerárquico a sus subalternos o impartir instrucciones a los empleados sobre la mejor manera de cumplir las disposiciones normativas son simples actos del servicio no susceptibles de demanda. Sin embargo, cuando estos actos crean situaciones jurídicas, pueden demandarse. De esta forma, la Sección Primera se inhibió para emitir pronunciamiento en una acción de nulidad contra varias comunicaciones internas de la Procuraduría General de la Nación, en las que se daba instrucciones sobre la confidencialidad de las declaraciones que rinden los desplazados. El consejo aclaró que esa confidencialidad busca proteger la vida e integridad de los afectados, por lo que no puede confundirse con la omisión del deber de denuncia (C.P. María Elizabeth García González).