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Actualizado hace 6 hours | ISSN: 2805-6396

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Jorge José Gil: “Si se cumplen los pasos, la adopción de las NIIF llegará a feliz término”

30 de Enero de 2013

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El Grupo Latinoamericano de Emisores de Normas de Información Financiera (GLENIF) se creó en julio del 2011, con el fin de servir de puente de comunicación entre el International Accounting Standards Board (IASB) y los Estados, en relación con la implementación de las normas internacionales de información financiera (NIIF).

 

Los países que lo integran representan cerca del 95 % del PIB y reúnen a ese mismo porcentaje de contadores de América Latina. Tras su reciente visita a Colombia, Jorge José Gil, vicepresidente del GLENIF, conversó con ÁMBITO JURÍDICO sobre las novedades en materia de aplicación de las NIIF.

 

ÁMBITO JURÍDICO: ¿Qué posibles efectos tendría la aplicación de las NIIF sobre el recaudo tributario?

 

Jorge José Gil: En relación con el recaudo tributario, las NIIF deberían ser neutras, por razones tanto de la parte financiera contable como de la técnica impositiva. Esto debido a que el resultado que uno tiene desde el punto de vista financiero debería ser igual al resultado fiscal, con excepción de aquellos gastos admitidos como deducibles y los ingresos que estén exentos. Eso a largo plazo. Por lo tanto, el efecto que producen las NIIF es que cambia el momento en el cual se realiza la percepción de los tributos, es decir, cuando se declara el efecto fiscal. En definitiva, no debería haber consecuencias a largo plazo, pero, en el corto, se pueden producir efectos, que si no se administran adecuadamente, podrían llevar a perder la equidad tributaria.

 

Á. J.: ¿Y cómo se va a mejorar la calidad de la información financiera suministrada por las empresas?

 

J. J. G.: En general, las NIIF se utilizan en más de 120 países, porque se consideran de gran calidad técnica y que son los estándares que mejor representan la realidad económica empresarial. Cualquier país puede tener muy buenas normas, pero que se pueden mejorar comparadas con las internacionales. Sin embargo, hay que tener presente que una cosa es tener la norma y otra aplicarla bien. Para que una disposición funcione, recomendamos que se lleven a cabo todos los procesos necesarios para que se implemente en una empresa, que existan controles de auditoría por parte de personas bien preparadas y que sobre estas se ejerza un control de calidad, que puede ser efectuado por el Estado o la propia profesión, cumpliendo los mandatos de la Federación Internacional de Contadores (IFAC, por su sigla en inglés). Y si esas tres cosas no ocurren, aunque haya normas excelentes, no va a haber ningún cambio.

 

Á. J.: ¿Qué aspectos importantes debe cumplir una empresa para llevar a cabo exitosamente la implementación?

 

J. J. G.: Siempre recomiendo, no solo a las empresas, sino también a las autoridades de control, un plan que incluya un cronograma. Todos los sectores van a estar involucrados en mayor o menor medida, así que hay que señalar de qué manera lo harán. En segundo lugar, se debe definir cómo y quién adelanta el plan. Generalmente, es un grupo dentro de la empresa que se especializa en temas financieros. Una vez se especifiquen esos elementos, el resto incluye un plan con una gran cantidad de etapas, que son difíciles de resumir en una entrevista.

 

Á. J.: ¿Hay una recomendación especial para las pymes?

 

J. J. G.: Las pymes tienen una norma internacional específica, que es más pequeña. Si uno las compara, son unas 230 páginas frente a, más o menos, unas 1.600 páginas para las demás empresas. Yo les recomendaría a las pymes que no crean que tendrán una norma sustancialmente más sencilla, porque esas disposiciones provienen conceptualmente de las NIIF completas. No obstante, la pyme va a tener menor cantidad de normas para estudiar, pero los pasos de implementación son básicamente los mismos. Ahora bien, en el caso de Colombia, existe la pyme que va a tomar la norma internacional y la microempresa que va a adoptar unas normas que el país ha elaborado.

 

Á. J.: ¿Qué criterios debería tener en cuenta el Gobierno para desarrollar una política educativa encaminada al fomento de este proceso en las universidades?

 

J. J. G.: El proceso de formación para que se puedan adaptar las normas de carácter internacional involucra varios actores. Por un lado, a todos los contadores y auditores que existen y que, tal vez, no se han formado en este tipo de normas. Allí hay que trabajar fuertemente, para lograr una adecuada actualización y capacitación. Y, por el otro, están los futuros contadores, donde deben participar activamente las universidades, para definir cómo se va a realizar la inserción de estos conceptos en sus planes de estudio. En consecuencia, el Gobierno debe preocuparse de verificar que la enseñanza tenga la calidad exigida en el ámbito internacional. Para ello, se cuentan con las normas internacionales de educación emitidas por la IFAC.

 

Á. J.: ¿Qué papel tiene el GLENIF en este proceso?

 

J. J. G.: El GLENIF busca unificar la voz contable y financiera de esta parte del continente ante el IASB. En este aspecto, hay dos líneas de trabajo con el IASB. Por un lado, el IASB pide la opinión del GLENIF sobre normas en borrador y, por el otro, el GLENIF le hace llegar al IASB la opinión de normas que ya existen y que tienen dificultades de aplicación en algunos países de América Latina y propone algunos cambios.

 

Á. J.: ¿Y qué dificultades iniciales han evidenciado en América Latina?

 

J. J. G.: Son variadas, pues hay países que no han asignado los recursos, el tiempo y la disposición necesarios, mientras que otros han tomado muy seriamente el tema, pero no tienen suficientes recursos. Por ejemplo, hay países que han trabajado con fondos del BID o del Banco Mundial, como Colombia. No obstante, en cada país la situación es diferente. Si uno pudiera encontrar dificultades comunes, entre ellas: cómo unificar la forma de capacitar a todos los sectores involucrados y cómo lograr que las partes le transmitan al IASB sus inconvenientes en la implementación de las NIIF. Esto ha provocado que algunos países establecieran excepciones a la aplicación plena de las NIIF. Por ejemplo, en la adopción en bancos o en seguros, cada uno hace lo que le parece más o menos razonable, en lugar de unificar un tratamiento. Hay más uniformidad en los estados financieros de empresas que cotizan en bolsa, pero en el resto hay mucha diversidad.

 

Á. J.: ¿Cómo ha sido el proceso de aplicación e implementación de NIIF en Argentina?

 

J. J. G.: Argentina comenzó el proceso en 1997, con la etapa de adaptación, que Colombia pensó realizar en algún momento, en la cual se modificaron todas las normas para que estuvieran en línea con las internacionales. Luego, en el 2007, después de concientizar a todos los actores sobre las normas internacionales, se tomó la decisión de implementar, en el 2012, las NIIF en las empresas que cotizan en los mercados de valores y otras de interés público. Estamos en un segundo proceso para llevar esto a los bancos e instituciones financieras y, luego, seguiremos en un tercer proceso, que es sector de los seguros. Paralelamente, se han adaptado las normas internacionales para pymes en forma opcional, pero luego serán obligatorias, como sucede en Colombia.

 

Á. J.: ¿Qué conoce del proceso colombiano?

 

J. J. G.: Durante años, se discutió en la academia y en distintos ámbitos sobre las NIIF, hasta que salió la ley a través de la cual se determinó su adopción. Creo que un ente como el Consejo Técnico de la Contaduría Pública es muy fuerte, y ha propuesto un plan de acción muy bueno. El siguiente paso fue la elaboración de los decretos de adopción. ¿Qué cuidados se deben tener? Primero, hay que realizar una amplia difusión, para que no haya confusiones frente a las implicaciones de este proceso. En segundo lugar, hay que disponer de suficientes recursos para una amplia capacitación, que involucre a las universidades. Y, por último, verificar que la implementación de NIIF en cada empresa se lleve a cabo bajo una adecuada supervisión. Si se cumplen estos pasos, la adopción llegará a feliz término.

 

Á. J.: ¿Qué ventajas tiene el XBRL en materia de reporte de información financiera con base en las NIIF?

 

J. J. G.: El XBRL no solo se basa en las NIIF, sino en todo tipo de información financiera. Por lo que conozco, el proyecto de Colombia es introducir el XBRL en un momento posterior, para determinado tipo de empresas y en el marco de las NIIF. Las ventajas son amplias. Lógicamente, para llegar a ese punto, hay todo un proceso que, al igual que las NIIF, implica involucrar recursos, personas y sectores económicos. ¿Qué hace el XBRL? Básicamente, ahorra tiempo en el proceso de carga de información, pues la información financiera se presenta en un documento con formato XBRL. Este puede ser utilizado por cualquier usuario que tenga captura de datos en XBRL, lo que permite un amplio intercambio de información. A nivel gobierno, servirá para consolidar información por sectores macro, para tomar decisiones de política macroeconómica. Hoy, son datos que se obtienen por encuestas. Creo que es buena decisión de Colombia ir con el XBRL en el marco de las NIIIF.

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