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28 de Marzo de 2024 /
Actualizado hace 1 día | ISSN: 2805-6396

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Especiales / Invitado


“Los medios independientes y confiables están bajo una amenaza económica sistémica y necesitan apoyo”

25 de Mayo de 2022

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Guilherme-Canela(Novikov Aleksey / Shutterstock.com )

En el informe mundial 2021-2022 de la Unesco Tendencias mundiales en libertad de expresión y desarrollo de los medios, quedaron en evidencia tres retos a los que se enfrenta el acceso a la información: la seguridad de los periodistas, la libertad de prensa y de información en la era digital y la viabilidad económica de los medios.

ÁMBITO JURÍDICO conversó con Guilherme Canela De Souza Godoi, jefe de la sección de Libertad de Expresión y Seguridad de Periodistas de la Unesco, con el fin de acercarse un poco más a los resultados que arrojó esa investigación.

ÁMBITO JURÍDICO: Según el informe, uno de los retos para el acceso a la información es la viabilidad económica de los medios de comunicación. ¿Por qué las redes sociales representan una amenaza en este sentido? 

 

Guilherme Canela De Souza Godoi: Los modelos de negocio tradicionales que mantienen la sostenibilidad de los medios de comunicación están en crisis. En todo el mundo, las ventas de periódicos siguen disminuyendo y los medios de comunicación luchan por conseguir “clics” que determinan los ingresos publicitarios. Muchos medios se ven aún más excluidos por la proliferación de nuevas voces en el espacio en línea y los algoritmos de los intermediarios digitales. El ecosistema digital ha desencadenado una avalancha de contenidos que compiten con el periodismo y ha convertido a las grandes empresas de internet en los nuevos guardianes. Los usuarios de las redes sociales casi se han duplicado, pasando de 2.300 millones, en el 2016, a 4.200 millones, en el 2021. Esto ha permitido un mayor acceso a los contenidos y a más voces, pero, no necesariamente, con el valor añadido distintivo de los contenidos periodísticos.

Al mismo tiempo, los ingresos publicitarios se han desplazado rápidamente hacia las empresas con presencia en internet y se han alejado de los medios de comunicación. Dos empresas, Google y Meta, reciben ahora, aproximadamente, la mitad del gasto mundial en publicidad digital. En los últimos cinco años, los ingresos publicitarios de los periódicos a nivel mundial se han reducido a la mitad. Y en la última década, esa pérdida es de dos tercios. Esto ha dado lugar a lo que, en muchas regiones, podría considerase como “desiertos de noticias”, lugares en donde las comunidades pierden sus fuentes de noticias locales, lo cual tiene un impacto en el compromiso cívico de los ciudadanos.

 

Á. J.: ¿Se incrementó ese riesgo durante la pandemia?

 

G. C. D. S. G.: Durante la pandemia, los medios independientes y confiables demostraron ser un bien común que salva vidas. Pero están bajo una amenaza económica sistémica y necesitan apoyo. La pandemia repercutió de manera drástica en el tiraje mundial de periódicos, que se redujo en un 13 %, entre el 2019 y el 2020, en comparación con menos del 3 %, entre el 2018 y el 2019. Así, mismo aceleró la caída de los ingresos publicitarios, como ya había mencionado. Al principio de esta, cientos de medios de comunicación despidieron o suspendieron a sus trabajadores. Según una encuesta mundial hecha a más de 1.400 periodistas, como resultado de la pandemia, dos terceras partes de los encuestados se sentían menos seguros en su trabajo y más de una quinta parte vieron una reducción en sus salarios.

 

Á. J.: ¿Qué tipo de medidas políticas y legislativas deberían adoptar los gobiernos para garantizar la supervivencia de los medios de comunicación? 

 

G. C. D. S. G.: La Unesco insta a los gobiernos a tomar medidas políticas en tres áreas clave para proteger la seguridad de los medios y periodistas independientes. La primera es apoyar la viabilidad económica de los medios informativos independientes, respetando la autonomía profesional de los periodistas. Los gobiernos pueden, por ejemplo, ofrecer beneficios fiscales a los medios de comunicación independientes, de manera justa, transparente y que no comprometa la independencia editorial. Por otra parte, los invita a desarrollar la alfabetización mediática e informacional, para enseñar a todos los ciudadanos la diferencia entre información confiable y verificada e información no verificada, y alentar al público a obtener información de medios independientes. Finalmente, los conmina a promulgar o reformar las leyes de medios para apoyar la construcción de un ecosistema mediático libre y pluralista, de conformidad con los estándares internacionales sobre libertad de expresión, en particular el artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Á. J.:  Otro reto identificado en el informe es la seguridad de los periodistas. ¿Por qué internet intensificó ese problema? 

 

G. C. D. S. G.: En los últimos años, el público está más consciente sobre las amenazas digitales a las que se enfrentan los periodistas. El ciberacoso, la vigilancia masiva y selectiva, la vulnerabilidad del almacenamiento de datos y los ataques digitales (incluida la piratería informática) son algunas de las muchas formas en que se han utilizado las herramientas digitales para poner en peligro la seguridad y la integridad de los periodistas, así como de sus fuentes. Tanto los agentes estatales como los no estatales utilizan estas tácticas para acceder a información confidencial e intimidar a los periodistas. Junto al aumento de los ataques digitales, las amenazas a la seguridad de los periodistas se han visto agravadas por la aprobación de leyes que otorgan mayores poderes de vigilancia a las fuerzas de seguridad, a menudo bajo la justificación de la seguridad nacional o la salud pública.

La vigilancia y el pirateo informático comprometen la protección de las fuentes de los periodistas, como han puesto de manifiesto recientemente las revelaciones del "Proyecto Pegasus", a raíz de las cuales los expertos en derechos humanos de la ONU pidieron a los Estados que impusieran una moratoria mundial sobre la venta y la transferencia de tecnología de vigilancia, hasta que se establezcan regulaciones que garanticen que dicha tecnología cumple con las normas internacionales de derechos humanos. La protección contra las amenazas digitales se ha vuelto aún más importante durante la pandemia de la covid-19, ya que cada vez hay más periodistas que trabajan a distancia y dependen de dispositivos personales.

Aunque los programas de espionaje, la vigilancia y otros ataques digitales se reconocen cada vez más como graves amenazas para el periodismo, muchos periodistas no tienen el acceso o el conocimiento adecuados de las herramientas (digitales) que pueden ayudar a protegerlos. A menudo, la responsabilidad para garantizar su propia seguridad digital recae en cada persona, ya que otros agentes, incluidas las empresas con presencia en internet y las organizaciones de medios de comunicación, no suelen ofrecer el apoyo adecuado. En el 2020, la Unesco realizó una encuesta a más de 900 periodistas de todo el mundo sobre sus experiencias de violencia en internet. El 73 % de las 625 mujeres periodistas encuestadas declararon haber sufrido violencia en internet durante su trabajo. El 20 % de las 596 mujeres periodistas que respondieron al cuestionario habían sido atacadas o maltratadas en persona en relación con la violencia en línea que habían sufrido.

Á. J.: ¿Qué medidas regulatorias resultaría conveniente adoptar -o suprimir- sobre el discurso en línea para garantizar la libertad de prensa e información? 

 

G. C. D. S. G.: Las libertades de prensa en todo el mundo han disminuido considerablemente desde el 2012. En los últimos cinco años, aproximadamente, el 85 % de la población mundial ha experimentado un descenso de la libertad de prensa en su país. La pandemia puso de manifiesto la urgente necesidad de transmitir con noticias e información fiables. A pesar de ello, las medidas del covid-19 se utilizaron para justificar importantes violaciones de la libertad de prensa en 96 de 144 países, según un estudio del Instituto V-Dem (Variedades de la Democracia). Además, según datos de la Unesco, al menos 160 países siguen teniendo leyes penales de difamación. Desde el 2016, se han aprobado o modificado, al menos, 57 leyes y reglamentos en 44 países que contienen un lenguaje demasiado vago o castigos desproporcionados que amenazan la libertad de expresión y la libertad de prensa en internet.  En los últimos cinco años, han aumentado otras acciones que amenazan la libertad de expresión y la universalidad de internet. Por mencionar algunas, se han bloqueado los servicios de noticias en la red, se ha espiado ilegalmente a los periodistas y se han pirateado los sitios de los medios de comunicación.

Á. J.: ¿Cómo puede la sociedad civil contribuir a la supervivencia de los medios de comunicación y a la fiabilidad del periodismo? 

 

G. C. D. S. G.: La sociedad civil es central para garantizar la supervivencia del periodismo de calidad, particularmente al contribuir a las discusiones sobre el entorno legal que permite la libertad de expresión. Los actores de la sociedad civil también son activos y necesarios para garantizar que esas leyes y reglamentos se ajusten a las normas internacionales y se apliquen de manera justa. Por ejemplo, desde que, en el 2015, se adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, al menos 22 Estados miembros de las Naciones Unidas han adoptado nuevas medidas constitucionales, jurídico-legales o políticas para garantizar el acceso público a la información, lo que, en agosto del 2021, elevaba a 132 el total mundial de Estados miembros con este tipo de medidas.

Gracias a los esfuerzos de las organizaciones de la sociedad civil en todo el mundo y al compromiso de los gobiernos y los organismos internacionales y regionales con el principio de transparencia, el número de países con tales leyes ha aumentado en más del triple en menos de 20 años. La sociedad civil también es una voz importante para garantizar la seguridad de los periodistas a través de campañas de concientización, programas de capacitación y otros mecanismos de apoyo. Los últimos cinco años también han presenciado la proliferación de esfuerzos en respuesta a la dimensión de género de la seguridad de los periodistas, entre ellos diversas iniciativas de la sociedad civil, como la Coalición Contra la Violencia en Línea y la campaña #JournalistsToo (#LasPeriodistasTambién) de la Unesco, además de una creciente atención a los mecanismos de apoyo para las mujeres periodistas a escala nacional.

Á. J.: ¿Qué iniciativas pueden destacarse en los diferentes Estados para preservar la libertad de prensa?

 

G. C. D. S. G.: Los diferentes Estados han dado pasos positivos para establecer y aplicar medidas más estrictas de protección, enjuiciamiento, prevención y denuncia, con el fin de mejorar la seguridad de los periodistas. Por ejemplo, en América Latina, Brasil, Colombia, Ecuador y Paraguay han establecido medidas de supervisión de la protección y de los incidentes de amenazas y violencia, normalmente en el marco de un programa de política nacional de apoyo a los periodistas y defensores de los derechos humanos. En términos de viabilidad de los medios, Australia ha adoptado una ley que obliga a las empresas de internet a negociar con las empresas de medios de comunicación para pagar por su contenido.

Los gobiernos también pueden mejorar sus entornos legales para cumplir con los estándares internacionales de derechos humanos. Esto incluye el desarrollo y la implementación de leyes de acceso a la información, mencionadas anteriormente, o medidas para descriminalizar la libertad de expresión (160 países todavía tienen leyes que permiten tratar la libertad de expresión bajo el derecho penal). Una forma de trabajar para lograr esto es a través del compromiso con el Examen Periódico Universal (EPU), que es un mecanismo de las Naciones Unidas para evaluar la situación de los derechos humanos de los países.

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