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Actualizado hace 11 hours | ISSN: 2805-6396

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Antonio Garrigues Walker: “El mundo jurídico español sigue viviendo en crisis”

05 de Octubre de 2011

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Foto: Humberto Pinto

 

En 1941, los hermanos y abogados Joaquín y Antonio Garrigues Díaz-Cañabate crearon la firma española J&A Garrigues. Ambos fueron importantes juristas del siglo XX en España y ocuparon altos cargos del Estado.

 

Hoy, el bufete se llama simplemente Garrigues, y es presidido por Antonio Garrigues Walker, hijo de Antonio Garrigues Díaz-Cañabete. La firma, que tiene más 2.100 empleados, es la más grande de Europa continental.

 

Con ocasión de los 70 años de este bufete, Garrigues Walker conversó con ÁMBITO JURÍDICO sobre los aportes de la firma al Derecho europeo y la forma como los abogados españoles afrontan la crisis económica, entre otros temas. 

 

ÁMBITO JURÍDICO: Este año, la firma que usted preside cumple 70 años de fundación. ¿Qué puntos destacaría de la historia de la compañía?

 

Antonio Garrigues: Creo que nadie puede negarnos que, en España, Garrigues fue la primera firma de abogados que institucionalizó el ejercicio de la abogacía, al dotarla de una estructura jurídica que perviviera a los propios fundadores, es decir, implementó el modelo anglosajón, que no se practicaba en España. Había grandes abogados y grandes despachos, pero no estaban institucionalizados. Nosotros trajimos a España la fórmula anglosajona y, luego, internacionalizamos la profesión jurídica. Esa creo que es nuestra principal contribución al Derecho, aunque se debe reconocer que los competidores también han hecho una tarea importante en la modernización y en la internacionalización de la abogacía.

 

Á. J.: Usted también completará 50 años en la compañía. Hoy, ¿qué papel cumple?

 

A. G.: Ahora soy el presidente de la compañía. No soy el director, pues ese cargo lo ocupan los socios Fernando Vives y Ricardo Gómez. Yo lo que intento en esta época de mi vida es ayudarlos. No estoy en la posición de realizar la gestión diaria, la cual la ejecutan ellos con otros directores de departamentos, lo que me ha permitido continuar en la firma.

 

Á. J.: ¿Sigue el relevo generacional de los Garrigues en la firma?

 

A. G.: No, porque está prohibido que los hijos de los socios trabajen en la firma, tal y como sucede en el modelo anglosajón. Creemos que es una buena costumbre, de modo que soy el último y el único Garrigues del despacho.

 

Á. J.: ¿Cuál es el estado actual de la compañía?

 

A. G.: En total, somos alrededor de 2.100 empleados. Tenemos la firma más grande de Europa continental y una de las más grandes del mundo, solamente superada por algunas firmas inglesas y americanas. Hay cerca de 300 socios y cubrimos todas las áreas jurídicas que afectan la vida empresarial, incluidos temas como el Derecho Deportivo y el Derecho Penal Económico.

 

Á. J.: ¿Cómo avanza el proceso de internacionalización de la firma?

 

A. G.: El proceso comenzó con una oficina en Nueva York, hace 45 años. Luego, inauguramos una sede en Bruselas, que, precisamente, está cumpliendo 25 años. Después, buscamos aquellas áreas y países en los que pudiéramos ser útiles a las empresas españolas que allí se establecían. Por ejemplo, había mucha inversión en Marruecos, lo cual nos condujo a inaugurar las oficinas de Casablanca y Tánger. Posteriormente, miramos el mercado latinoamericano, a través de un club de abogados llamado Affinitas. Además, abrimos una representación en Shangai y una firma en Polonia. Es decir, nuestro crecimiento ha ido de la mano con el crecimiento de las empresas españolas. Por ejemplo, estamos en Latinoamérica, porque aquí hay muchas compañías españolas y, por tanto, hay que apoyarlas y ayudarlas. Lo mismo sucede en Nueva York, pues la inversión de España allí es importante y, además, también hay mucha inversión americana en España. Solo estamos en aquellos países en donde se justifique nuestra presencia.

 

Á. J.: ¿Cómo ve la participación de las empresas españolas en Colombia?

 

A. G.: Colombia es una de las zonas preferidas por la inversión española. No puedo hacer comparaciones, pero es uno de los países del mundo en el que hay más inversión española. El despacho Gómez-Pinzón Zuleta es nuestro miembro de Affinitas, con el que tenemos una relación amistosa y próspera. Colombia, increíblemente, ha mejorado en todos los frentes. Los resultados económicos recientes del país son muy buenos en materia de crecimiento, y la información que tengo es que este año se pueden superar las cifras del 2010, lo cual es maravilloso. Por otra parte, vemos con agrado que está en marcha un plan encaminado a mejorar la relación entre los tres poderes constitucionales. Hubo una época en la que el entendimiento era menor, y ese tema es importante, porque afecta la seguridad jurídica.

 

Á. J.: ¿Cómo han afrontado en Garrigues la crisis económica?

 

A. G.: Todas las firmas españolas vivimos fuertemente la crisis, unas más, otras menos. La verdad es que hay menos clientes y disminuyó la actividad económica, tanto la tradicional como la nueva. Lo que pasa es que nosotros, al tener tantos departamentos jurídicos, unos bajan la producción, como el mercantil, el de inversiones y el de fusiones, y otros la suben, como el laboral, el de reestructuración fiscal y el procesal. Aun así, hemos tenido una sensible reducción de ingresos, a pesar de que no hemos disminuido el número de abogados. Antes de la crisis, crecíamos por encima del 10%, incluso crecimos el 12% y el 15%. Ahora, es muy difícil encontrar una firma que crezca por encima del 5%, y algunas han decrecido, de manera que el mundo jurídico español sigue viviendo en crisis, pero tenemos la esperanza de que, poco a poco, las cosas mejoren.

 

Á. J.: ¿Estaban preparados para la crisis o los tomó por sorpresa?

 

A. G.: Nunca se está preparado para las crisis económicas. Ese fue un factor crítico y decisivo de la crisis actual: nos tomó a todos de una mala manera, a pesar de que se veía venir. Nuestro despacho, además, es muy sensible a este tipo de temas, pues la actividad económica la vemos de manera muy directa y, poco a poco, nos hemos tenido que acostumbrar, recortando gastos y tomando medidas inmediatas. Pero las crisis tienen una parte buena: te obligan a ser más realista, más pragmático y, además, te endurecen, y si las superas, te ayudan mucho para el futuro. A todos nos gustaría que no hubiera crisis, pero estas forman parte de la humanidad, que no es otra cosa que una historia de crisis, y eso es lo que estamos viviendo. Ahora bien, algunos países, como España, requerirán de un tiempo adicional para superar la crisis.

 

Á. J.: ¿Y cómo se pueden prevenir?

 

A. G.: Sería interesante estudiar la posibilidad de establecer algún sistema de alarma para advertir sobre la posibilidad de una posible crisis económica, como decirle a un país ¡cuidado!, porque usted puede caer en una crisis inmobiliaria o en una burbuja tecnológica.

 

Á. J.: ¿El Derecho se sigue rezagando frente a las nuevas tecnologías y desarrollos de la sociedad?

 

A. G.: Así es. Creo que el Derecho y el estamento jurídico en general se siguen rezagando frente a las nuevas tecnologías y los avances científicos. A mí me preocupa, entre otros puntos, la falta de control jurídico. Por ejemplo, en materia de neurobiología, el Derecho está muy atrás, no digo que debamos estar por delante, porque es muy difícil, pero tampoco deberíamos estar tan rezagados. El mundo y el internet se están desarrollando con unos déficits jurídicos y democráticos tremendos. Hay que levantar la cabeza y trabajar sobre estos temas. Y no me refiero solamente a los profesionales del Derecho, hablo del mundo académico, del judicial y de todo el estamento jurídico en general.

 

Á. J.: ¿Cuál debe ser el perfil del abogado del futuro?

 

A. G.: En el mundo jurídico, hay lugar para toda clase de abogados, cualquiera que sea su vocación. Pero a los abogados jóvenes, yo les recomendaría que se especializaran en temas científicos y tecnológicos que afectan al campo jurídico, pues allí hay un vacío importante. Creo que son dos áreas en las que vale la pena tener más talentos, más aún en este país, que tiene muy buenas universidades.

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