La cámara baja del parlamento francés aprobó, el pasado jueves 14 de marzo, un proyecto de ley que busca imponer sanciones a los productos de moda rápida o ‘fast fashion’, con el fin de compensar su impacto medioambiental.

La iniciativa establece que los productores de moda rápida estarán obligados a informar a los consumidores sobre el impacto ambiental de sus productos y prevé un recargo de hasta 10 euros por la huella ecológica de estas prendas, que aumentará de manera gradual hasta el 2030.

Estas ganancias serán utilizadas para subsidiar a los productores de ropa sustentable, permitiéndoles competir más fácilmente; adicionalmente, esta propuesta establece una medida para limitar la publicidad de la moda rápida.

"Esta evolución del sector de la confección hacia una moda efímera, que combina mayores volúmenes y precios bajos, está influyendo en los hábitos de compra de los consumidores al crear impulsos de compra y una necesidad constante de renovación, lo que no deja de tener consecuencias medioambientales, sociales y económicas", señala el proyecto de ley.

En un post en  la red social X, el ministro de Medio Ambiente de Francia, Christophe Béchu, describió la iniciativa como un "gran paso adelante" y agregó que "se ha dado un gran paso para reducir la huella ambiental del sector textil".

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