Tras suicidio de joven supuestamente acosado por su condición sexual, piden adaptar manuales de convivencia a nuevas realidades (8:15 a.m.)

A raíz del suicidio de un estudiante aparentemente víctima de matoneo por su condición de sexual, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca previno y exhortó a las autoridades educativas a adecuar los reglamentos de los planteles a las nuevas realidades de interrelaciones subjetivas. Concluyó que calificar de desviación sexual las manifestaciones de cariño entre estudiantes del mismo género y sancionar estos comportamientos por considerarlos grotescos, al punto de invadir su intimidad, resulta violatorio de los derechos fundamentales de los alumnos. Así mismo, consideró que el Colegio Gimnasio Castillo Campestre desbordó el ejercicio legítimo de la acción correctora orientadora del cuerpo docente, traspasó la razonabilidad y proporcionalidad de sus potestades disciplinarias y violentó el derecho al buen nombre del estudiante Sergio Urrego y la honra moral de su familia; esto porque a raíz de una foto publicada del alumno la institución educativa impuso todo tipo de medidas en su contra, como desescolarizarlo y obligarlo a someterse a un tratamiento sicológico para retornar a las aulas, aduciendo que había incurrido en una falta tipificada en su manual de convivencia como vulgar. La Sala estableció que la concepción que hoy se tiene del ejercicio de la sexualidad y la protección constitucional que se ofrece a sus diversas manifestaciones impiden que los planteles educativos desplieguen actuaciones como las emprendidas por el demandado (M. P. José María Armenta).