Ventajas de la inteligencia artificial para el sector legal
03 de Noviembre de 2017
Eliana Forero Álvarez
Gerente General de 9 Alliance
Hace unos años se consideraba que la práctica del Derecho estaría protegida ante la implementación de tecnologías de automatización laboral. Se respiraba calma entre algunos abogados que, recelosos del avance tecnológico, no soportaban la idea de que una máquina pudiese sustituirlos.
Todo cambió en el 2011 cuando IBM probó las capacidades de su nuevo invento, el superordenador Watson, la primera computadora capaz de aprender a medida que trabaja y acumula información y que puede interactuar con el ser humano en un lenguaje natural. Watson es el comienzo de una era en la que las máquinas no solo podrán interactuar con el hombre, también darán conceptos legales de forma bastante precisa. ¿Será que dentro de una década las máquinas
de procesamiento del lenguaje natural podrán ejercer labores del Derecho como si fueran abogados de carne y hueso?
El sueño de la ciencia ficción puede ser una realidad, por lo que surgen preocupadas voces que se oponen a que la abogacía implemente la inteligencia artificial. Algunos letrados consideran que, lejos de traer progreso, significará el comienzo del fin de la profesión. El temor de que una computadora supla las tareas legales es cada vez mayor, pero ¿realmente podrán las máquinas reemplazar a los abogados? ¿Desaparecerá la abogacía?
Por supuesto que no, al menos para quienes se adapten al cambio de paradigma que la tecnología provocará en la práctica. El iconoclasta abogado británico Richard Susskind –quien a través de sus libros expone las grandes ineficiencias, los honorarios exorbitantes y las estructuras que caracterizan a la abogacía–, reconoce que gracias al impacto de la tecnología el sector legal cambiará notoriamente en los próximos 10 años, más de lo que lo ha hecho en el último siglo.
Según Susskind, para mejorar el servicio es necesario reinventar la profesión mediante la aplicación de la tecnología, y ponerla a favor del cliente. También dice que la inteligencia artificial será una herramienta para que el abogado entienda las ventajas que la tecnología aporta al ejercicio jurídico. Además afirma que
las máquinas permitirán que el sector se renueve de tal forma que el conocimiento legal se vuelva más accesible para la sociedad.
Por el lado de la academia, se facilitará el aprendizaje de leyes y términos; mientras que para las firmas, el tiempo gastado en documentación e investigación
se verá considerablemente reducido. Los casos podrán ser resueltos con mayor eficiencia, ya que el tiempo que se usa hoy para trámites, búsqueda de información, y recolección de pruebas y de precedentes disminuirá gracias a las herramientas inteligentes de gestión de datos, que permitirán una organización automatizada y mucho más efectiva de la información legal.
Cambio en el modelo de negocio
La automatización favorecerá al Derecho, porque permitirá que el abogado se enfoque en actividades de valor agregado mientras la máquina realiza las tareas de oficina. De hecho, la automatización hará que la información sea más fiable y esté mejor organizada, como también forzará a los abogados a elaborar conceptos más rigurosos y precisos. Esto conllevará a una mejora no solo en términos de productividad, también de competitividad y transparencia, pues destacará el trabajo de colegas que, al pensar en conceptos de complejidad, creatividad e innovación, tomarán decisiones más acertadas sobre la base de la gestión que la inteligencia artificial ofrece.
No hay duda de que la aplicación de la tecnología será conveniente para el Derecho, a pesar de que sea un reto que quizá algunos no estén dispuestos a asumir. Ante esta inminente situación, es importante señalar que los trabajos que desaparecerán serán aquellos que no aporten valor agregado. Estos serán cada vez más prescindibles en la medida en que se perfecciona el sistema de aprendizaje automático de máquinas que, como Watson, estarán capacitadas para responder al instante preguntas legales complejas.
Para los profesionales será clave hacerse aliados de la inteligencia artificial. La necesidad de adaptación tecnológica implicará una reevaluación al momento de contratar personal, pues se tomará en cuenta, además de experiencia y conocimiento, la capacidad que se tenga de interactuar y trabajar con estas herramientas.
El acceso a la información tiende a universalizarse gracias a la tecnología, pero el conocimiento seguirá estando en manos de especialistas que se verán obligados a trabajar con sistemas inteligentes que les ayudarán a gestionar conocimiento complejo.
Más que tecnológico
Para Susskind, el abogado del futuro no solo deberá manejar conocimiento técnico-legal en profundidad, también tendrá que estar capacitado en otras disciplinas como análisis de datos, marketing, pensamiento empresarial y sobre todo, tecnología, trabajando de forma multidisciplinaria y colaborativa con diferentes especialistas. Esto hará que el servicio de consultoría sea más exacto y completo.
La implementación de la inteligencia artificial será necesaria para las firmas que deseen diferenciarse de la competencia. Con la tecnología, los costos bajarán sustancial-mente y los clientes dejarán de pagar grandes honorarios por trabajo de oficina que con facilidad será realizado por máquinas, mientras que soluciones innovadoras que optimicen los servicios jurídicos serán cada vez más solicitadas.
Así pues, para poder adaptarse al cambio paradigmático es necesario, como asegura Susskind, “tomar perspectiva para ver lo que ofrecemos realmente al cliente, el valor, lo que el cliente quiere y qué servicios damos”. Según esto, se hará evidente que el valor diferenciador estará en la experiencia y la innovación, factores clave para un asesoramiento enfocado en la prevención de problemas. Se desarrollarán herramientas predictivas que junto al conocimiento experto
le evitarán situaciones legales a los clientes. Esto será fundamental para las firmas que basen su servicio en la confianza, pues garantizará a los clientes un ahorro significativo de costos, no solo legales, sino también administrativos y contractuales.
Cabe resaltar que no es la tecnología la que mejorará el servicio legal, sino la forma en la que los abogados se apropien de ella y desarrollen soluciones que estandaricen las labores de rutina y optimicen el trabajo que realmente aporta valor agregado. Es importante tener en cuenta que es el profesional,
y no la máquina, quien en últimas toma las decisiones y brinda una asesoría personalizada a los clientes.
Referencias
Hacyan, S., (2004), Física y metafísica en el espacio y el tiempo. La filosofía en el laboratorio, México DF, México. Fondo nacional de cultura económica.
Susskind R. (1993), Essays on Law and Artificial Intelligence. Tano
Susskind R. (1996; revised paperback, 1998), The Future of Law. Oxford University Press
Susskind R. (2008; revised paperback, 2010), ¿The End of Lawyers? Oxford University Press
Susskind R. (2013), Tomorrow’s Lawyers: An Introduction to Your Future. Oxford University Press
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