¿Qué prácticas empresariales favorecen la innovación?

María Margarita Guevara y Andrés Rincón

Departamento de Innovación, Patentes y Regulatorio de Cavelier Abogados

De acuerdo con Richard Susskind, abogado británico y asesor de despachos de abogados y de empresas jurídicas internacionales, una pregunta central que emerge en relación con el futuro de las firmas de abogados es: ¿en qué medida pueden trabajar los abogados de manera diferente, de forma más rápida, económica y eficiente, con una mayor calidad y utilizando métodos alternativos de trabajo? El reto de los abogados y empresarios en general no consiste únicamente en automatizar las prácticas de trabajo que no son eficientes, sino también en innovar con el fin de practicar su actividad principal en formas que no se han hecho en el pasado.

Es cada vez más importante para las organizaciones contar con procesos de generación e implementación de nuevas ideas y soluciones creativas. Según la experiencia de la firma Cavelier Abogados, las siguientes buenas prácticas favorecen la innovación dentro de las organizaciones:

Definir la estrategia de innovación con participación de la dirección

La estrategia predominante en una organización influye sobre las manifestaciones culturales de la misma. En consecuencia, para construir una visión compartida entre los empleados de una compañía es indispensable definir una estrategia de innovación propia en la cual se establezca: ¿por qué innovar?, ¿qué es innovación?, los focos de innovación y las acciones/programas/proyectos que se formulen para el desarrollo de la estrategia de innovación de la organización.

Adicionalmente, es vital que la dirección de la organización garantice los recursos necesarios para implementar, mantener y mejorar la estrategia de innovación; fomente la cooperación con entidades externas, proporcione y mantenga la infraestructura necesaria para la implementación de la estrategia de innovación; cuente con los espacios de trabajo y equipos para llevarla a cabo; y asegure la disponibilidad de los servicios de apoyo requeridos para su ejecución. De esta manera, se evidencia el compromiso de la dirección con el sistema de gestión de innovación.

Establecer un proceso interno para los proyectos innovadores

El comportamiento innovador consiste en un proceso que comprende cuatro etapas: reconocer un problema, generar ideas, promover y fomentar el apoyo para las ideas y elaborar un prototipo aplicable (Slagter, 2009, citado por Naranjo y Calderón, 2015). Teniendo en cuenta lo anterior y para asegurar la implementación de aquellas ideas que le apunten a los focos estratégicos de innovación de la organización y los criterios de priorización de proyectos definidos por la misma, debe establecerse un proceso interno que incluya adicionalmente las etapas de formulación de proyectos y programas (que contemplen fases, identificación y gestión de riesgos, indicadores de gestión, responsables y presupuesto) y seguimiento, medición y análisis de los avances de los proyectos. De esta manera, se asegura que existan las bases sobre las cuales se formulan y estructuran proyectos innovadores dentro de la organización, así como el desarrollo de la estrategia.

Igualmente, es importante definir las funciones de los actores involucrados en cada una de las etapas del proceso, asegurando el empleo de al menos una herramienta de innovación, la identificación de oportunidades, la documentación y el seguimiento de la implementación de la estrategia, y la protección y explotación de los resultados.

Medir para analizar y mejorar

Decía Peter Drucker: “Todo lo que se puede medir, se puede mejorar”. Así, al declarar la innovación como el pilar de la estrategia del negocio es importante que existan indicadores que permitan medir, analizar y mejorar continuamente un sistema de gestión de innovación con base en los objetivos planteados en la estrategia y su ruta (cronograma) de trabajo, realizando seguimiento a la percepción de las personas involucradas en las actividades de innovación dentro de una organización. De esta manera se orienta a los empleados hacia los resultados que se desean alcanzar y se da una directriz clara sobre las medidas de desempeño.

Entre los indicadores de gestión de la innovación se sugiere incluir indicadores de acción, formación, talento humano y financieros, como por ejemplo:

1. Participación en actividades formales de capacitación:

Número de empleados que asisten a capacitaciones o eventos de innovación / Número total de empleados

2. Índice de Eficiencia:

Número de ideas implementadas / Número total de empleados

3. Índice de Resultado Financiero:

Ingresos netos generados por ideas implementadas / Número de ideas implementadas

4. Retornos sobre la inversión (ROI):

Ingresos netos generados por ideas implementadas ($) / Inversión total en innovación

5. Índice Bruto de Creatividad Comercial (IBCC):

Porcentaje de beneficios o utilidades en ventas debidas a la innovación.

Retos innovadores

Los despachos de abogados enfrentan varios desafíos en el propósito de innovar en sus procesos internos y modelos de negocio. Para sobrepasar con éxito esos desafíos es necesario contar con profesionales capacitados, sensibilizados y flexibles ante los escenarios de cambio. Además, para alcanzar los objetivos organizacionales derivados de los requerimientos del entorno, de la propia organización y de las nuevas demandas del mercado, habrá que romper paradigmas y modificar conductas, de ser necesario.

La clave entonces es contar con una dirección involucrada y comprometida que promueva la cultura de la innovación dentro de la organización, la definición y seguimiento de la estrategia de innovación y su ruta de implementación, y establezca así un proceso de innovación ágil junto con los actores involucrados en cada una de sus etapas.

Referencias

Naranjo-Valencia, J. C., & Calderón-Hernández, G. (2015). Construyendo una cultura de innovación. Una propuesta de transformación cultural. Estudios Gerenciales, 31(135), 223-236.

Susskind, R. (2013). Tomorrow’s Lawyers: An introduction to your future. Oxford University Press.