Por medio de la Directiva 7 del pasado 23 de octubre, la Alcaldía de Bogotá estableció las medidas que deben tener en cuentas las oficinas de control interno disciplinario para su fortalecimiento, con el fin de prevenir y contrarrestar las prácticas de corrupción y la ocurrencia de faltas disciplinarias en las entidades públicas. De acuerdo con la norma, todas las entidades deben crear oficinas de control interno, si no las hay, y adecuar el espacio físico apto para el ejercicio de la función disciplinaria y la dotación correspondiente, garantizando la custodia y administración de la documentación y el cumplimiento de la reserva legal.