El Consejo de Estado sostuvo que el hecho de que sea imposible ordenar el reintegro de la mujer gestante al cargo del cual fue desvinculada no significa que el empleador esté exento de la estabilidad laboral reforzada que está obligado a ofrecer a las trabajadoras con fuero de maternidad. En estos casos, el patrono está obligado a garantizar el pago retroactivo de los aportes a la seguridad social correspondientes al periodo laborado y los que comprendan el periodo de gestación posterior, a fin de garantizar el disfrute de la licencia de maternidad y los servicios de salud que requieren tanto la madre como su hijo. Así, dice, la desvinculación de un cargo en provisionalidad de una mujer en estado de gravidez, tras la llegada de quien concursa por él, no supone una violación al fuero de maternidad. La obligación del empleador en estas condiciones, recuerda la sala, es la de garantizar el pago de los aportes en salud de la gestante y no el de salarios dejados de percibir con motivo de la separación del cargo. Pese a que la Sección Cuarta recientemente había señalado que los contratos de prestación de servicios escapaban a este tipo de fuero (Sentencia 68001233300020130049501 del 2013), en esta oportunidad, la Sección Segunda sostuvo que este reconocimiento se mantiene al margen del tipo de vinculación (C. P. Gerardo Arenas).