La Comisión Nacional de Disciplina Judicial confirmó la sentencia en la que se sancionó a un abogado suspendiéndolo del ejercicio de la profesión y multándolo por incurrir en falta disciplinaria.

En el caso bajo estudio, el disciplinado se comprometió a instaurar un proceso de sucesión intestada. Sin embargo, no promovió la causa para la cual fue contratado y no inicio la gestión.

No hubo duda sobre la relación profesional que se fijó entre el denunciante y el denunciado, pues dentro de las pruebas se conoció el recibo de pago de los honorarios por $ 1’000.000.

La Sala hizo énfasis en la debida diligencia profesional, ya que el jurista al asumir el encargo se obligó a realizar pertinentemente todas las actividades necesarias en procura de favorecer los derechos a él confiados; a partir de ese momento cobra vigencia el deber de atender con celosa diligencia los asuntos encomendados, pues este mandato envuelve la obligación de actuar positivamente con prontitud y celeridad en las diligencias tendientes a llevar a feliz término la causa contratada (M. P. Magda Victoria Acosta Walteros).