La Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura señaló que actuar deliberadamente para entorpecer el normal desarrollo de una actuación judicial constituye falta disciplinaria, ya que se incumple abierta y conscientemente con el deber que tiene todo abogado de evitar el desgaste innecesario del aparato judicial y procurar dar cumplimiento a los principios de celeridad y eficacia. A pesar de que el investigado argumentó su interés de defender cabalmente los derechos de su cliente, el alto tribunal concluyó que con la interposición de diferentes recursos y proponer la nulidad lo que buscaba era dilatar el proceso perjudicando así a la parte demandante. A su juicio, retirar las copias para interponer un recurso de queja no fue más que una maniobra para ganar tiempo y dilatar el proceso, desconociendo con ello la lealtad que debe guardar frente a la administración de justicia (M. P. María Mercedes López Mora).