Columnistas
El Proyecto de Ley de Inclusión Financiera
17 de Abril de 2012
Andrés Flórez Villegas Socio de Esguerra Barrera Arriaga Asesores Jurídicos
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En buena hora el Ministerio de Hacienda ha decidido trabajar para que más colombianos tengan acceso a los servicios financieros. Para ello, elabora un proyecto de ley denominado de “inclusión financiera”, en el que se fijará el marco general para la operación de emisión de dinero electrónico y el uso de dispositivos móviles (celulares o tarjetas inteligentes) en su manejo y disposición.
La emisión de dinero electrónico ha sido una revolución mundial y ha logrado que muchísimas personas de escasos recursos puedan acceder a servicios financieros. Se vale de los teléfonos celulares para que los usuarios reciban y almacenen dinero, realicen pagos (por ejemplo, cuando hace mercado) y otras transacciones como giros a terceros o retiros de efectivo, convirtiendo el dinero electrónico en físico. Todo, incluso la activación de cuentas, sin necesidad de poner un pie en una sucursal bancaria.
En el mundo de hoy se observan grandes avances en materia de dinero electrónico y servicios de pago a través de dispositivos móviles. Según la Asociación del Sistema Global para las Comunicaciones Móviles (GSM), el primer sistema de operación de dinero electrónico y servicios de pago fue desarrollado en el 2001. Seis años después había 10 incluido el de Kenia, un caso de éxito, y actualmente se cuentan más de 95 en el mundo. Mientras tanto, en Colombia la regulación se ha quedado rezagada, de modo que el dinero electrónico y los medios de pago no se han desarrollado igual que en otros países.
Cada sistema tiene un mecanismo diferente que varía tanto en la manera de realizar la transferencia como en el proveedor que sostiene los fondos de los usuarios. Sin embargo, todos hacen que el dinero en efectivo se registre en los dispositivos convirtiéndolo en dinero electrónico a través del sistema de Book-Entry Money (BEM).
El éxito del dinero electrónico y de la banca móvil en Colombia estará marcado por la capilaridad que tienen los teléfonos celulares. Hoy casi todas las personas en nuestro país, no importa su estrato, tienen un teléfono celular (existen 50 millones de líneas activas). Muchas de esas personas no tienen cuentas corrientes o de ahorros (según Asobancaria el 32,9 % de la población colombiana mayor de edad no está bancarizada). A partir del proyecto de ley, la posibilidad de tener acceso a servicios financieros estará al alcance de todos solo oprimiendo unas teclas.
El planteamiento del modelo, su regulación, y posterior administración hará que el sistema sea adecuado y genere soluciones. Por eso, hacemos votos porque el Ministerio de Hacienda mire las mejores prácticas internacionales.
En el mundo se han desarrollado dos modelos en materia de sistemas de pago y de transferencia a través de dispositivos móviles: el “modelo aditivo”, en el que los servicios prestados son dirigidos principalmente a los clientes de la banca para su fidelización, de manera que el canal móvil se suma a la oferta de distribución de servicios financieros tradicionales (sucursales, internet, etc.); y el “modelo transformacional”, en donde se busca que segmentos no bancarizados empiecen a transar a través de su celular habilitando a las compañías de celulares bajo rigurosa regulación y supervisión, a que presten algunos servicios financieros.
En un país como Colombia, debería implementarse un “modelo transformacional” y así brindar soluciones a las necesidades de las personas del común. Un “modelo aditivo” sería similar a lo que ya existe: los bancos habilitados para usar un nuevo canal para sus productos. Por eso, hay que aprovechar la penetración de las compañías de teléfonos celulares y llegarle al colombiano de a pie, que necesita de servicios financieros a su medida.
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