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Actualizado hace 10 minutes | ISSN: 2805-6396

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Al Margen


¡Ya no vivimos en la m…!

30 de Enero de 2012

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Nota:
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Ilustración: Dagoberto

Ángel Soto

Redactor ÁMBITO JURÍDICO

angel.soto@legis.com.ve

 

Los habitantes de un pequeño pueblo ubicado en las montañas del centro de China tuvieron que redactar una petición de cambio de nombre de su localidad. ¿La razón?, el lugar, habitado por unas 285 personas, era conocido como Goushi, que significa “caca de perro”.

 

Cuenta la historia que Goushi era un lugar tan, pero tan lejano, que solo los perros se dignaban a visitarlo, con la única intención de hacer allí sus necesidades. Pero eso cambió. Desde mayo del año pasado, las distancias fueron acortadas por una moderna carretera que une a esa localidad con las poblaciones vecinas.

 

Como “caca de perro” ya no es un lugar remoto, sus habitantes decidieron limpiarse el estigma que los ensuciaba. Movidos por la vergüenza de tener que dar su dirección postal o de indicar su lugar de residencia (ni hablar de su gentilicio), firmaron una solicitud para rebautizar a la localidad.

 

La petición contó con el respaldo de las autoridades de la provincia de Guizhou, donde está ubicada la antigua Goushi. De hecho, el director de la Oficina de Seguridad Pública fue el encargado de escoger, entre 60 potenciales nombres, el nuevo topónimo. En adelante, la comarca se llamará Jinxin, que en español traduce “feliz y próspera”.

 

De acuerdo con la prensa local, además de sus evidentes connotaciones positivas, el caracter chino Jin incluido en el nombre elegido significa “policía”, lo que evidenciaría un lazo fraterno entre

los habitantes y sus autoridades (que al parecer nunca han sido unas cacas con ellos).

 

De modo que los pobladores de Jinxin ya pueden sentirse orgullosos del nombre de su comunidad o, por lo menos, dejar de sentir vergüenza cuando indiquen el lugar en donde viven. Y que a nadie se le ocurra mandarlos a la mismísima m…, porque ellos ya no viven allá. De las deposiciones caninas, se mudaron a la prosperidad y la felicidad.

 

¡Bien por los chinos! Sin embargo, otros ciudadanos en el mundo podrían encontrarse en una situación similar (no tan bochornosa, pero sí un tanto incómoda) a la de los orientales.

 

Tal es el caso de los habitantes de Majadahonda, un municipio de la Comunidad de Autónoma de Madrid, situado a 16 kilómetros de la capital de España. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, una de las acepciones de majada es estiércol de animal o excremento humano. Es decir que Majadahonda significaría algo así como… “profunda vergüenza”.

 

En Latinoamérica, también se encuentran curiosos topónimos que podrían ser renombrados, siguiendo el ejemplo chino, aunque el caso no sea tan extremo.

 

En Argentina, por ejemplo, existe una localidad ubicada en el departamento 25 de Mayo, de la Provincia de Misiones, llamada Torta Quemada. En Perú, cerca de la meseta del Collao, se encuentra el Lago Poopó. Y Colombia, Uruguay y Chile tienen en común localidades denominadas Salsipuedes, lo que indicaría que los índices de migración deben ser bastante bajos.

 

Venezuela no es la excepción. Tal es el caso de los habitantes de El Baúl, un poblado ubicado en el Estado Cojedes, y de Calabozo, una población del Estado Guárico, que no viven ni encerrados ni, mucho menos, privados de su libertad… Ahora, los que disfrutan bastante son los residentes de El Palito, en el Estado Carabobo, que de bobos no tienen ni un pelo.

 

(Fuentes: elmundo.es y fronterasblog.wordpress.com)

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