Al Margen
Una inversión en la vida eterna
29 de Abril de 2013
Más de 9.000 millones de pesos. Esa es la suma, nada despreciable para el presupuesto de cualquier universidad pública colombiana, que acaba de destinar la Fundación John Templeton (que apoya la investigación en temas tan diversos como la evolución o el amor) a la Universidad de California Riverside, para que el profesor de filosofía Jonh Martin Fischer indague si existe la vida eterna.
Sí. Cinco millones de dólares con los que este Ph.D. de la Universidad de Cornell, autor de varios textos sobre responsabilidad moral y libre albedrío, escarbará en los misterios de la muerte, a través de diversas culturas, para ver si encuentra la luz al final del túnel.
¿La inmortalidad vale la pena? ¿La existencia en una vida futura será repetitiva o aburrida? ¿La muerte le da sentido a la vida? ¿Podemos conservar virtudes como el coraje, si sabemos que no vamos a morir? ¿Qué podemos aprender sobre el significado de nuestras vidas pensando en la inmortalidad? Son algunas de las preguntas que buscará resolver este multimillonario estudio, denominado, con algo de pretensión, Proyecto Inmortalidad.
“Gran parte de la discusión se ha dado en la literatura, sobre todo en la fantasía y la ciencia ficción, y en teología, en el contexto de un más allá, el cielo, el infierno, el purgatorio y el karma. Nadie ha dado una mirada integral y sostenida a la inmortalidad que reúna a la ciencia, la teología y la filosofía”, explica Fischer.
La investigación documentará experiencias cercanas a la muerte, para determinar si merecen ser tenidas en cuenta como prueba de que existe un más allá o son inducidas biológicamente. Por cierto, las abducciones extraterrestres quedan descartadas, aclara el filósofo. “Nos fijaremos en las experiencias cercanas a la muerte y trataremos de averiguar lo que está pasando allí: lo que se promete, lo que es absurdo y lo que está desacreditado científicamente”, agrega.
Además, se analizarán las variaciones culturales y las formas en las que se manifiestan dichas experiencias: “¿Hay algo en nuestra cultura que lleva a la gente a ver túneles, mientras que los japoneses ven jardines? (...) ¿Hay variaciones en otras culturas? ¿Qué podemos aprender de nuestros propios valores y los significados de nuestras vidas finitas, mediante el estudio de las experiencias cercanas a la muerte?”, se pregunta el investigador.
En suma, el estudio pretende generar conciencia acerca de las complejidades que involucran las creencias sencillas sobre el cielo, el infierno y la reencarnación, y animar a la gente a entender mejor y evaluar sus ideas sobre el más allá y el papel que estas tienen en sus vidas.
Por ejemplo, “creemos que el libre albedrío es muy importante para nosotros teológica y filosóficamente. Y, en la tradición judeo-cristiana, se supone que el cielo es el mejor lugar. Sin embargo, podría decirse que no tendríamos libre albedrío en el cielo. ¿Cómo encajan estas ideas?”, se cuestiona Fischer.
Las conclusiones de la investigación serán publicadas por la Universidad de Oxford, en un libro que ya tiene nombre: La inmortalidad y el significado de la muerte. Si se concluye que somos inmortales, muchos agradecerán que ese dinero no se haya ido a financiar proyectos de investigación en otras áreas del conocimiento. De lo contrario, será inevitable pensar que esa platica se perdió.
(Fuente: ucrtoday.ucr.edu)
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