11 de Diciembre de 2024 /
Actualizado hace 10 minutes | ISSN: 2805-6396

Openx ID [25](728x110)

1/ 5

Noticias gratuitas restantes. Suscríbete y consulta actualidad jurídica al instante.

Columnistas


Uber vs. Uldarico (yo voy por Uber)

11 de Febrero de 2015

Reproducir
Nota:
18812
Imagen
medi-110411-31-andrés-flórez-villegasexternagra-1509242878.jpg

Andrés Flórez Villegas

Socio Esguerra Barrera Arriaga Asesores Jurídicos

aflorez@esguerrabarrera.com

 

 

 

Según señalan los más destacados medios financieros del mundo, es bien posible que más pronto que tarde Uber lance una oferta pública inicial (IPO, por su sigla en inglés) e inscriba sus acciones en las bolsas de valores más importantes del mundo. Según estos mismos medios, Uber será un éxito monstruoso en Wall Street y puede superar los récords establecidos por compañías como Facebook.

 

Uber es, en términos sencillos, una empresa que maneja una aplicación (app) que conecta pasajeros con conductores de vehículos registrados, los cuales ofrecen un servicio de transporte. La app funciona en 54 países y ha hecho que muchas personas piensen que no vale la pena tener un automóvil propio, pues los que pone a disposición Uber son de muy buena calidad. La app se usa cuando se necesita un vehículo, sin tener que preocuparse en general por nada más. Además, el servicio se puede pagar con tarjeta de crédito.

 

Hoy se estima que la firma vale más de 40.000 millones de dólares, con base en su última ronda de financiamiento. ¿Por qué vale esta astronómica suma? Por una razón sencilla: la gente ama Uber, pues facilita la vida y hace ver a los taxis tradicionales como anacrónicos. No en vano tienen miles de usuarios que se declaran muy satisfechos y que le generan a la empresa altísimos ingresos. Es una empresa innovadora que está produciendo un cambio en el trasporte a partir de una idea sencilla.

 

El statu quo (Uldarico Peña y los dueños de taxis) están viendo pasos de animal grande. Y es que saben que Uber puede hacer con los taxis lo que en su momento la invención del automóvil hizo con los caballos y las carretas.

 

Por eso el statu quo ha logrado que el gobierno –bajo amenaza de paros, según algunos medios– persiga en Colombia a la empresa que hace feliz a sus usuarios.

 

A petición del statu quo, varias autoridades colombianas han salido a decir que Uber es ilegal, al punto que han puesto a la policía a hacerle la vida imposible a los conductores de vehículos registrados y a los usuarios, que solo quieren transportarse haciendo uso de un buen servicio.

 

En el centro del debate no han estado las políticas públicas, ni los intereses de los usuarios, sino los del statu quo, que ha apelado a normas anacrónicas para proteger sus intereses. La discusión ha sido tan pobre que el propio Superintendente de Trasporte sugirió en una emisora de radio que la solución para que Uber operara legalmente en el país era que negociara con el famoso Uldarico y le comprara una de sus compañías de taxis. ¡Así es la altura del debate!

 

Las regulaciones sanas normalmente buscan favorecer las soluciones innovadoras. Cuando las regulaciones tienden al proteccionismo contra soluciones que son superiores solo es cuestión de tiempo para que alguien sensato las permita. En 1900, por ejemplo, las leyes en el Estado de Pensilvania establecían que si un caballo y un automóvil se encontraban de frente en una vía el segundo tenía que parar, hacerse a un lado y el dueño del vehículo estaba obligado a cubrirlo con una sábana para que el caballo no se asustara. Así como lo leen.

 

Obviamente, semejante regulación duró hasta que alguien se dio cuenta de lo que significaba en términos de eficiencia pasar de los caballos a los automóviles.

 

Si Uber es ilegal (y a mí me quedan muchas dudas de que lo sea) ojalá que los responsables de regular los temas de transporte le dediquen más tiempo a sacar una norma que permita esta y otras apps en Colombia, que a perseguir a quienes no están afectando el interés general, sino favoreciéndolo. Que eso puede afectar el interés del statu quo, sin duda, pero las autoridades no están para dedicarse a eso.

 

Ojalá los que tienen que escribir decretos en el gobierno piensen, cuando se sienten a debatir estos temas, que debe primar el derecho a la autonomía y a la libre elección de los que usan trasporte, que los ciudadanos deben ser el eje de las discusiones y no los empresarios tradicionales de los taxis y que en países como este hay que incentivar la movilidad segura, confiable, de calidad y eficiente. En síntesis, que Uber y apps semejantes tienen que existir, que la regulación no solo debe permitirlas sino favorecerlas y que debe primar el libre mercado.

 

Ojalá el IPO de Uber no nos coja en un país donde la regulación se parezca a las del Estado de Pensilvania de 1900.

 

Opina, Comenta

Openx inferior flotante [28](728x90)

Openx entre contenido [29](728x110)

Openx entre contenido [72](300x250)