Al Margen
Terapia chocante
02 de Septiembre de 2014
Aunque China sacó a la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales el 20 de abril del 2001, todavía existen centros médicos que ofrecen la llamada “terapia de conversión”, un tratamiento que promete corregir la orientación de quienes se inclinan por las personas de su mismo sexo.
A finales de julio, un ciudadano chino decidió demandar ante la Corte Popular Distrital de Haidian a la clínica siquiátrica en donde recibía este procedimiento, que incluía sesiones de hipnosis y descargas eléctricas que terminaron afectando su salud física y mental.
El hombre, de 30 años, le aseguró a la agencia de noticias AP que había decidido someterse a esa terapia en febrero, porque sus padres lo presionaban para que se casara y tuviera hijos. “Vengo de una ciudad pequeña donde a la gente todavía le importa la descendencia familiar”, agregó.
La demanda, dirigida contra la clínica Xinyu Piaoxiang, ubicada en Chongqing, y el buscador de internet Baidu, donde el afectado encontró publicidad sobre ese centro médico, pide una indemnización de 2.300 dólares, para cubrir el costo del tratamiento, entre otros gastos, y exige que los demandados ofrezcan disculpas públicas en sus respectivos portales de internet.
El abogado del homosexual inconverso, Li Duilong, indicó que la clínica le aseguró al paciente que los electrochoques no eran peligrosos. “El personal le dijo a mi cliente que recibir un choque eléctrico era como una ‘picadura de mosquito’, pero resultó no ser así”. Además, señaló que si bien la ley china obliga a que ambas partes firmen un acuerdo para recibir tratamientos que incluyan hipnosis o descargas eléctricas, la clínica demandada no ofreció esa posibilidad.
De acuerdo con el Centro LGTB de Beijing, esta es la primera demanda que se presenta en China contra la “terapia de conversión”. En respaldo a la reclamación judicial, miembros de ese colectivo organizaron una manifestación ante la sede de la Corte, en la que exhibieron pancartas con la frase “la homosexualidad no es una enfermedad, no necesitamos ser curados”, y parodiaron escenas en las que pacientes recibían choques eléctricos por parte de personal médico.
Vale mencionar que, luego de la desclasificación de la homosexualidad como enfermedad, la posición de las autoridades chinas frente a los derechos de la población gay no ha sido del todo clara. Hasta la fecha, ninguna norma les reconoce los mismos derechos que tienen los heterosexuales, ni prohíbe expresamente la discriminación basada en la orientación sexual. Esa política gubernamental es conocida como la de “los tres noes: no aprobar, no desaprobar y no promover”.
De hecho, en los años 2003, 2004 y 2006, la Asamblea Popular Nacional rechazó proyectos de ley que buscaban legalizar las uniones de parejas del mismo sexo. Además, a comienzos del 2013, familiares de 100 homosexuales les enviaron una carta a los legisladores chinos, pidiendo una ley que las autorizara, pero tampoco obtuvieron respuesta favorable.
“Algunos de nuestros hijos han estado viviendo junto con sus parejas del mismo sexo desde hace casi 10 años. Ellos se preocupan el por uno por el otro y se aman. Sin embargo, si uno de ellos cae enfermo y necesita cirugía, su pareja ni siquiera puede firmar la carta de consentimiento en caso de cirugía, de acuerdo con la legislación vigente”, explicaba la misiva.
Por lo pronto, se espera que unos seis meses la justicia se pronuncie sobre la terapia chocante que aplican algunas clínicas chinas para convertir homosexuales.
(Fuentes: huffingtonpost.com y china-files.com)
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