Curiosidades y…
Religiones y tabú alimenticio
14 de Noviembre de 2014
Antonio Vélez
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Aunque el Homo sapiens es omnívoro por sus características digestivas, existen grupos humanos que poseen caprichosos tabúes alimenticios. Resulta difícil para los que disfrutamos del sabor de la carne de res entender el culto que la religión hinduista rinde a las vacas. Incluso los vegetarianos de otras religiones deben asombrarse ante el hecho de que esos animales sean considerados seres sagrados, y que se paseen como reyes por ciudades y pueblos de India, en medio de humanos flacuchentos y famélicos, mientras ellas, las vacas gordas, además del pasto, comen frutas, legumbres y otros vegetales que bien podrían servir para alimentar a tanto muerto de hambre.
Cuando uno le pregunta a un hindú por qué la vaca es sagrada, este le responderá que, en la teoría de la transmigración de las almas hasta llegar al Nirvana, la vaca es el penúltimo paso para al fin llegar a la persona. Los 86 procesos de transmigración empiezan en el demonio, el nivel más bajo, hasta llegar a la vaca y, finalmente, a la persona. Y siendo un animal sagrado, justo es que se prohíba comer su carne. Sin embargo, puede uno sospechar que tal vez la prohibición tenga un origen económico, pues en la India la vaca es un instrumento básico para el trabajo de la población, ya que, por su fuerza, puede transportar pesadas cargas.
A los musulmanes les está prohibido el consumo de carne de cerdo y todos sus derivados. En palabras de El Corán, el cerdo es uno de los animales más despreciables, debido sobre todo a su inmundicia, ya que es un animal que si no es cuidado por el hombre, no le importa alimentarse de cualquier porquería que se encuentre tirada en el suelo. Para otros animales, el sacrificio debe realizarse de cara a la Meca, con un solo corte en la yugular, mientras se pronuncian alabanzas a Alá. Un corte que aprobamos. Quizá por motivos de sana convivencia, a los musulmanes se les aconseja no comer ajo ni cebolla antes de dirigirse a la mezquita para realizar la oración colectiva. Aprobamos también, y debería ser universal pues el olor de varios miles de peregrinos reunidos en una mezquita y en ayunas es para marear al más fuerte. Además, y no lo aprobamos, las mujeres solo pueden consumir esos vegetales si es con permiso del marido.
Otra religión que exige consideración por los animales es el judaísmo. Para los ortodoxos, la vaca, la oveja y la cabra son animales puros, pero el cerdo no. El animal procedente del mar debe tener aletas y escamas, por lo que los crustáceos están prohibidos. Los animales que se van a consumir deben ser sacrificados por un rabino y vaciados de toda su sangre, norma que ha adoptado también el islamismo, que declara que la sangre no es apta para el consumo humano. La morcilla, entonces, queda terminantemente prohibida. Algunas sectas musulmanas han elegido el vegetarianismo porque lo ven como el máximo ideal espiritual. El profeta Mahoma les dio ejemplo y fue vegetariano.
El amor y la compasión son las creencias budistas más importantes, lo que explica por qué tantos creyentes son vegetarianos. El punto de vista del budismo hacia los animales es ilustrado en las historias del Jataka (lecciones budistas), en las que se cuenta que en reencarnaciones previas, Buda mismo pasó por diferentes etapas animales.
Los mormones creen que su cuerpo es un templo diseñado para albergar el espíritu creado por Dios y, en consecuencia, deben tratarlo con respeto. Una forma de hacerlo es respetando ciertas normas dietéticas: no deben consumir alcohol, tampoco café ni té.
Reconozcamos que los católicos son más tolerantes con las prohibiciones dietéticas, así que pueden consumir cualquier animal; sin embargo, los viernes de cuaresma no pueden comer carne, aunque sí están permitidos el pescado y los mariscos. Y pueden torturar los toros en las corridas.
Después de esta colección de insensateces, ¿quién entiende a los dioses?
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