Reforma al régimen de capital de la banca

Mauricio Rosillo Rojas Director de la Especialización en Derecho del Mercado de Capitales, PUJ mauriciorosillo@gmail.com

El negocio financiero requiere de amplios capitales para poder realizarse y de una normativa muy detallada de diferentes aspectos en virtud de los riesgos inherentes a la actividad. Experiencias de servicios financieros no regulados o regulados en forma inadecuada conducen a problemas de magnitudes insospechadas como ocurrió con la reciente crisis financiera mundial o con las famosas pirámides. Un sector financiero sólido y estable es el motor de crecimiento de la economía. Por el contrario, si el sistema no está funcionando bien, es altamente probable que esto tenga repercusiones en la economía e incluso efectos sociales.

Por esta razón desde hace varias décadas se creó el Comité de Basilea, ente que busca fijar los estándares y parámetros que debe tener la banca en materia de regulación y supervisión. A raíz de la crisis reciente y de las deficiencias que se encontraron en la regulación financiera, especialmente en países desarrollados, el comité expidió una serie de recomendaciones que se conocen como Basilea III, en donde se hacen nuevas propuestas y ajustes a recomendaciones elaboradas en años anteriores. Basilea III hace mucho más exigentes los requerimientos de capital de las entidades financieras e introduce nuevos parámetros en materia de regulación, de apalancamiento, liquidez y gobierno corporativo. En materia de capital, los cambios deben ser implementados en el 2015.

Mejorar el capital con que opera la banca se traduce en una mayor solvencia del sistema, mayor protección frente a pérdidas inesperadas, mayor estabilidad y mayor seguridad y confianza del público. En Colombia, desde el 2002 no se hacían ajustes a la regulación de capital que probó estar muy bien diseñada y acorde con estándares internacionales a tal punto que el sector financiero local soportó la crisis mundial sin contratiempos, e incluso creció y se expandió hacia el exterior.

Gracias a la buena salud de que goza la banca local, el Gobierno consideró oportuno implementar Basilea III y anticiparse un poco a las recomendaciones internacionales sobre la materia. Bajo estas consideraciones se expidió recientemente el Decreto 1771 del 2012 mediante el cual se regulan los distintos elementos del capital de los establecimientos de crédito, buscando depurarlo para que sea de mayor calidad, teniendo como criterio orientador su vocación de permanencia y disponibilidad. Esta regulación es sin duda alguna la medida más importante de los últimos años en este campo puesto que se encarga de intervenir en la materia prima y corazón del sector financiero: el capital.

El decreto en cuestión introduce una nueva clasificación del capital quedando integrado por el Patrimonio Básico Ordinario (PBO), el Patrimonio Básico Adicional (PBA) y el Patrimonio Adicional (PA). El PBO, que es el capital de mejor calidad, debe tener una relación frente a los activos de mínimo el 4.5 %, mientras que la relación general de solvencia que incluye los tres componentes del patrimonio frente a los activos debe tener una relación del 9 % como mínimo.

Dentro del PBO se incluyeron tanto las acciones ordinarias como las preferenciales que no tengan dividendo acumulativo, reconociendo las características jurídicas y económicas que tienen estas últimas en la legislación colombiana. Así mismo, los activos intangibles, como el goodwill, deben descontarse del cálculo del capital.

Esta regulación, que deberá estar implementada en agosto del 2013, refleja la tradición y ortodoxia del regulador financiero de anticiparse e incorporar los parámetros internacionales con anterioridad. Claramente, la medida tendrá impacto en la generación de créditos, el costo del capital y en otros asuntos que se irán decantando con el tiempo.

Por lo pronto es de esperarse que en el próximo año veamos en el mercado de capitales muchas emisiones de acciones y bonos del sector financiero con el objeto de prepararse para afrontar las exigencias del regulador.