Columnistas
Prácticas y estándares en el marco de la OCDE
09 de Abril de 2014
Ricardo Vásquez Bernal CP - Magíster Economía y Finanzas. Socio Business Consulting Baker Tilly |
El marco de regulación impuesto por la arquitectura financiera internacional y el desarrollo inducido por el mercado globalizado, entre otros factores, han generado un conjunto de principios, estándares, buenas prácticas y reglamentos –estándares en adelante– que deben poner en práctica, en forma imperativa, las empresas que operan en los mercados de valores y otras que tienen responsabilidades ante partes interesadas, como condición para participar activa y competitivamente en la financiación y operación en los mercados productivos, en principio. De hecho, esta resulta ser una condición imperativa de ingreso a la OCDE.
Estos estándares varían desde condiciones de operación, información y administración que deben aplicar las empresas hasta estándares de gestión, control y auditoría que deben establecer para la administración del riesgo y la generación de reportes transparentes. El tema es simple: el compromiso y la responsabilidad social y financiera asumida por las empresas en un mercado globalizado, a lo largo y ancho del mundo frente a los usuarios y comunidades, ha puesto de presente la importancia de desarrollar marcos que aseguren que la gestión y control de los responsables del gobierno corporativo –los cuerpos directivos– se desarrollen bajo cánones de transparencia, eficiencia y generación de valor económico para los agentes y terceros vinculados –accionistas, prestamistas, clientes y proveedores–.
El desafío de estas prácticas es que imponen con precisión la necesidad de que los cuerpos directivos de las empresas persigan el cubrimiento de cuatro objetivos claves, que se pueden resumir en: a) la definición y seguimiento de metas estratégicas; b) la efectividad y eficiencia de las operaciones; c) la confiabilidad de la información financiera y de los reportes, y d) la adherencia a leyes y regulaciones.
El eje que se impone es el requisito de garantizar la administración y el control efectivo, así como la revelación oportuna de los problemas y riesgos materiales que afectan y pueden afectar la estabilidad y el desempeño de la empresa, así como afectar las decisiones y atentar contra el patrimonio de terceros, para lo cual resulta fundamental, por decir lo menos, la orientación estratégica y el control efectivo de la dirección por parte de los consejos o juntas directivas. En este punto, es preciso dar relevancia a un proceso de generación de reportes que garantice la fidelidad, transparencia y pertinencia de la realidad económica que se informa a terceros.
La responsabilidad del consejo directivo es un tópico vital, al punto de que el carácter, jerarquía y liderazgo que demuestra en el interior de las organizaciones se ha venido considerando como un factor de generación de valor, o por el contrario de destrucción de riqueza, puesto en evidencia no solo en los precios de las acciones transadas en los mercados accionarios, sino también en el reconocimiento de productos y servicios en los mercados reales.
Esta precisión se resume en las obligaciones que imponen los estándares de gobierno corporativo que atribuye al cuerpo directivo funciones tan complejas como la revisión y orientación de la estrategia, planes, políticas de riesgo y objetivos; el control de la eficacia de las prácticas de gobierno; la selección, retribución, control y alineamiento de los directivos principales; y la supervisión y revisión de la integridad de la información contable, así como de la disponibilidad de sistemas de control y sistemas de gestión de riesgo adecuados y ajustados a las normas.
En el caso de las responsabilidades inherentes a los reportes financieros, el marco de la arquitectura internacional separa las acciones requeridas por el preparador, el auditor y el emisor del reporte.
La aplicación de los estándares internacionales de información financiera, de manera objetiva, pretende sustentar la realidad económica que una empresa debe revelar, estableciendo los reportes y las revelaciones que se deben someter a los usuarios indeterminados. Estas tareas las cumple la organización responsable de preparar el reporte. Por otro lado, los estándares de aseguramiento imponen las condiciones técnicas y profesionales del auditor y su gestión para garantizar el cumplimiento integral de los estándares de reporte y la razonabilidad de los estados financieros preparados bajo las normas internacionales de reporte financiero.
Este ciclo se cierra con la emisión del reporte, que constituye una función de los gobiernos corporativos quienes, mediante la emisión de los estados financieros, garantizan la transparencia de la gestión organizacional y el desempeño económico y financiero de la empresa o conjunto de empresas, puesto a consideración de las partes interesadas, usuarios y mercados para la toma de decisiones. Es por esta razón que se resalta la responsabilidad técnica, profesional, ética y social que domina la ejecución de los cuerpos directivos que configuran los gobiernos corporativos.
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