Verbo y gracia
Pirsin
23 de Abril de 2012
Fernando Ávila feravila@cable.net.co |
Pregunta: En un relato de hechos se incluye la palabra piercing. Dice que el actor tenía un piercing en la boca. ¿Eso debe ir en cursiva, entre comillas, tiene traducción o qué?, Luis María Navas Q.
Respuesta: Si se escribe en inglés, piercing, debe ir en cursiva, pero ya el Diccionario panhispánico de dudas, 2005, y la Ortografía de la lengua española, 2010, proponen la forma pirsin como traducción.
En las calles de Bogotá se le dice pirsin al arillo o colgandejo metálico, pero, según el Diccionario panhispánico de dudas, piercing (de body piercing) es la ‘perforación en algún lugar del cuerpo (distinto del lóbulo de la oreja) para insertar pendientes, aros u otros ornamentos’. ¡Ojo! No es el arete, sino el hueco. En efecto, piercing es el participio presente del verbo to pierce, que significa ‘agujerear’, ‘perforar’, ‘atravesar’.
Jornada
Pregunta: En el titular de prensa “Piden extremar controles contra la influenza ante la jornada invernal”, referido a la época invernal, el redactor quizá tituló con la palabra jornada para no repetir la palabra época, que ya había usado en el texto. ¿Es correcto ese uso de la palabra jornada? ¿Jornada no es sinónimo de día?, Luis Alfonso Pérez J.
Respuesta: Originalmente jornada era solamente ‘día’. Se puede relacionar jornada con la palabra jornal, el ‘salario de un día de trabajo’, o jornalero, ‘trabajador por días’, y con las expresiones jornada continua y media jornada. O también jornada de puertas abiertas, traducción del famoso open house.
Tienen el mismo origen las palabras inglesas journalism y journalist, que se traducen como ‘periodismo’ y ‘periodista’, por alusión a los diarios, a los periódicos que salen cada jornada. Estas voces inglesas como las españolas del párrafo anterior vienen de la voz provenzal jornada, derivada del latín diurnus, que significa ‘propio del día’.
De hecho, muchos diarios se llaman Jornada, y en Bogotá hubo uno que se publicaba en los tiempos de Jorge Eliécer Gaitán.
Otro cognado es el término francés jour, que significa ‘día’. Recuérdelo por el saludo de la mañana bonjour, ‘buen día’, y por el título de la película de Luis Buñuel Belle de Jour, ‘Bella de día’, producida en 1967 a partir de la novela de Joseph Kessel.
Todo ello llevaría la conclusión clara de que jornada es exactamente lo mismo que día, pero la Academia ha ido ampliando la duración de jornada. La acepción número 4 de esta palabra en el Diccionario de la lengua española es ‘camino o viaje, aunque pase de un día’. Esa fisura (‘aunque pase de un día’) se ha ido agrandando hasta donde la creatividad del escritor quiera. Si se puede llamar jornada algo que pase de un día, se puede llamar jornada cualquier cosa.
La acepción número 6 dice: ‘época veraniega en que oficialmente se traslada el cuerpo diplomático a residencia distinta de la capital, y también algún ministro, para mantener las relaciones con aquel’. Si se tiene en cuenta lo que dura la época veraniega, ya tenemos jornadas de tres meses.
La número 8 reza: ‘Tránsito del alma de esta vida a la eterna’. Imagínese no más lo que puede tardar este tránsito si hace parada de varios años en el purgatorio.
La número 9 es ‘tiempo de la vida y fin de ella’. ¡Hágame el favor! ¡Cien años!
De manera que si la época invernal dura tres o cuatro meses y algún periodista la llama jornada, no solo no está estirando en exceso su significado, sino que se queda corto frente a otros usos lícitos que tiene la misma palabra.
Flas
El dígrafo sh no existe en español, aunque hay palabras con sh, como deshacer, desheredado, deshabitadas, donde la h no suena. Por eso se ha recomendado con insistencia no decir flash, sino fogonazo, que casi nadie usa. El Panhispánico, en un intento más de evitar el anglicismo, propone escribir flas, ya usada en algunos textos literarios. ¿Tendrá acogida?
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