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Al Margen


Peludo negocio

16 de Septiembre de 2013

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Ángel Soto

Redactor ÁMBITO JURÍDICO Venezuela

 

¿Qué sería de Rapunzel o Ricitos de Oro si vivieran en estas épocas y latitudes? Sin duda, tendrían que tomar medidas extremas para resguardar su preciada pelambrera de la nueva modalidad delictiva que se ha instaurado en Venezuela: el robo de cabello.

 

Las mismas precauciones que han tenido que guardar las venezolanas para evitar ser víctimas de este peludo delito, que no está contemplado aún en el Código Penal. Eso de andar como Gloria Trevi (con el pelo suelto) por la calle ya no es buena idea.

 

Por tal razón, las transeúntes de Maracaibo (Estado Zulia), donde se han reportado los primeros casos, han optado por recogerse la “cebollita”, vestir gorras, sombreros, bandanas o cualquier otro accesorio que las proteja de ser blanco fácil de los asaltantes.

 

En apenas pocas semanas, la “moda” se ha extendido a todo el territorio venezolano. Así que las chicas de pelo largo del país tendrán que echar mano a sus mechas, si no quieren formar parte de la extraña lista de las “despelucadas”.

 

El objetivo es claro: esquilar a las mujeres que hagan alarde de largos centímetros de cabello. Al parecer, el pelo robado es vendido a las tiendas que suministran el “bien” a las peluquerías, por altas sumas de dinero, para la elaboración de extensiones o pelucas naturales.

 

Armados con filosas tijeras, los delincuentes, conocidos como “pirañas”, rodean a la incauta e inocente damisela y, en un abrir y cerrar de cuchillas, la despojan de la melena que adorna su cabeza, dejándola atónita, vejada y trasquilada.

 

Y es que, aunque aparente ser un ataque inocuo, las víctimas pueden llegar a ser maltratadas o lastimadas, si oponen resistencia. Además de las consecuencias emocionales posteriores al asalto que pudieran sufrir.

 

El precio de los postizos depende de la marca, largo y color, y puede oscilar entre los 3.000 y los 6.000 bolívares (de 930.000 a 1.860.000 pesos). Los cabellos más largos y vírgenes (ojo, que no tengan ningún tipo de tintes) pueden ser ofrecidos en la frontera a 5.000 y 8.000 bolívares (de 1.548.000 a 2.478.000 pesos). ¡Peludo negocio! 

 

Son millones de mujeres en el mundo las que compran cabello para aumentar el largo del suyo. En los últimos años, EE UU ha importado cabello por más de un millón de dólares. Inglaterra, por su parte, es el tercer país importador, y las empresas que se dedican al rubro tienen ganancias que alcanzan los 80 millones de dólares.

 

Se dice que el robo de cabellos nació en Brasil, donde se reportaron los primeros incidentes, en el 2011. Luego se extendió a Colombia y, más tarde, a Argentina, en especial a Buenos Aires.

 

En tales casos, no solo sorprendían a las incautas “rapunzeles”, sino que también irrumpían en las peluquerías, para sustraer las valiosas madejas.

 

La legislación venezolana nada prevé sobre este particular “delito”. Así se desprende de las declaraciones ofrecidas por el penalista Arteaga Sánchez, quien sostiene que el cuerpo humano, o cualquiera de sus partes, no puede ser robado o hurtado, porque esto no se encuentra tipificado como delito contra la propiedad.

 

En ese sentido, quien le corte el cabello a otra persona para luego venderlo no estaría incurriendo en delito alguno. Sin embargo, la máxima representante del Ministerio Público (Fiscalía) estará procesando las denuncias bajo el tipo de asociación para delinquir, puesto que los “roba pelos” trabajan en conjunto.

 

Mientras tanto, las señoritas ya no solo deberán cuidar sus bolsos, smartphones o prendas. Ahora tendrán que proteger sus acondicionados mechones.

 

Los más faranduleros especulan que hasta la misma Beyoncé, que no tiene ni un pelo de tonta, decidió darse un cortecito, para prevenir los riesgos en su próxima visita a Venezuela.

 

Y aunque hasta ahora no se han reportado casos en caballeros, no estaría de más que “rockeros”, hippies o “galanes de melena” estén en alerta, porque el asunto no es tomadera de pelo, señores.

 

(Fuente: el-nacional.com y diariopopular.com.ar)

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