Curiosidades Y…
Pareidolia
29 de Marzo de 2011
Antonio Vélez
Pareidolia, vieja palabra de origen griego, era usada por los sicólogos para designar ciertos engaños de la percepción: reconocer fantasmas, figuras y rostros humanos en manchas, nubes, nudos de la madera; o escuchar mensajes secretos entretejidos con grabaciones en idiomas extranjeros… Se trata de una percepción ilusoria, llevada a cabo por rutinas cognitivas diseñadas para llenar vacíos de información.
Es común la pareidolia religiosa: cada tipo de creyente oye o ve lo que le preocupa. Los católicos creen ver un Corazón de Jesús en la pátina acumulada por los años en un tronco viejo, o la imagen de la Virgen María en las manchas de humedad de una pared. De inmediato, lo elevan a la categoría de milagro. En México, por ejemplo, se han visto durante las últimas décadas imágenes de la Virgen de Guadalupe en los sitios más insospechados: cortezas de árboles, piedras, muros húmedos... Otras veces, la Virgen se presenta en vivo, ante unos privilegiados, por lo general personas inocentes y de poca cultura. Hasta la fecha, no hay ni una sola aparición que esté reconocida por el Vaticano. Ni siquiera Fátima y Lourdes gozan de tal reconocimiento, al menos de modo explícito. Sin embargo, Juan Pablo II se sintió protagonista del llamado tercer secreto de Fátima.
En más de una ocasión se ha descubierto el fraude. En Medjugorje, perteneciente a la antigua Yugoslavia, uno de los sitios escogidos por el cielo para la aparición de la Virgen, se calcula que solo en la década de los ochenta, 19 millones de peregrinos habían visitado la población. Pero al fin, el obispo de la localidad declaró que se trataba de un engaño, y previno a los creyentes. Es explicable el fraude, pues hay de por medio intereses económicos nada despreciables, debido al éxito turístico de aquellos sitios supuestamente elegidos por las divinidades para sus materializaciones. Se sabe que una vez divulgada la aparición, comienzan las romerías de enfermos y necesitados pidiendo ayuda al cielo, y con ellos llega el vil dinero; esto es, la fe puede mover montañas... de dinero. Los santuarios arrastran a millones de peregrinos, que demandan alojamiento y comida y que, de paso, compran baratijas relacionadas con la aparición. Los dividendos son sustanciosos, como caídos del cielo.
Guadalupe es uno de los santuarios marianos más visitados del mundo, con 15 millones de peregrinos al año, superando a Lourdes y Fátima, que apenas llegan a unos cinco millones. Los crédulos gastan allí sus ahorros en medallas, rosarios, imágenes o visitando las numerosas tiendas de souvenirs instaladas en los alrededores. Fátima cuenta con 20 hoteles, amén de hostales y pensiones, pero el ingreso mayor proviene de los donativos. Hay también agencias de viaje, algunas de las cuales son propiedad de congregaciones católicas. Gracias a los fieles, en Fátima se recaudan al año más de tres millones de euros.
Muchos se preguntan por qué la Virgen elige niños y campesinos para enviarnos sus mensajes, en vez de comunicarse en forma directa con el Papa, sin duda una persona más idónea si de recibir y transmitir mensajes celestiales se trata. ¿Por qué –preguntaba Carl Sagan-, ya que la Virgen tiene poderes sobrenaturales, no aparece entre nubes luminosas en una reunión plena de las Naciones Unidas para que su mensaje llegue a todo el mundo? Y, preguntamos nosotros, ¿por qué los mensajes contienen siempre las mismas simplezas infantiles? ¿Por qué las autoridades religiosas no les tapan la boca a tantos pastorcitos mentirosos? ¿Por qué no acaban de una vez con la explotación de la credulidad del pueblo raso, sin defensas intelectuales, y manda a los pastorcitos a lo suyo, a cuidar sus ovejas?
Un creyente católico puede reconocer a la Virgen en esta macha en un muro (mancha que podría haber sido retocada, especie de photoshop primitivo).
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